Donde cada vez es mas común que los hombres puedan concebir. Yuri Plisetzky termina un amorio; Con el corazón destrozado y lleno de dolor promete no volver a enamorarse.
Una confesión de la persona menos esperada pondrá su vida de cabeza. Había pr...
-¡Por favor! Sal a una cita conmigo ¡Te lo suplico! – Se arrodillo frente al nipón que por alguna razón no tenia camisa
-No, no, no- Dijo mientras movía la cabeza- ¡Soy casado! ¡Amo a mi esposo!- Viktor sorbió la nariz
-¿¡Quién es ese estúpido!? ¡Déjalo! ¡Seguro lo tiene pequeño! ¡Mereces a alguien que te complazca.
- Él tiene una sonrisa divina- Comento el japonés mientras un gran sonrojo invadía sus mejillas y contoneaba el cuerpo.
-¡Seguro su sonrisa tiene forma de corazón! ¡Todos saben que los retrasados mentales con miembro pequeño tienen sonrisa en forma de corazón!
-Viktor, basta estas un poco borracho, hay que irnos-Dijo Chris intentando llevarse al ruso a rastras.
-¡NOOOOO! ¡SEGURO ERES UN ENVIADO DE CHIHOKO! ¡SUELTAME SANGRE SUCIA!
-... Chio... que?
-¡AHHHHHH!
Bien, el rubio sabía que no había nada más peligroso que el alcohol, y al menos el no bebería hasta que estuviese seguro de que no haría alguna estupidez.
-Yuri~
Su piel se erizo, un escalofrió recorrió todo su cuerpo, sus rodillas flaquearon y parece congelarse en ese mismo lugar. La persona con la que menos quería hablar... No podía ser.
-...JJ...- Murmuro lo suficientemente alto como para que el nombrado lo escuchara. Se giró quedando frente a esos ojos azules.
-Me alegra que hallas venido- Sonrió, su corazón se aceleró, lo único que quería hacer era besar esos labios, pero no podía, ahora ya no.- ¿Te estas divirtiendo?
- ¿Enserio crees que me estoy divirtiendo? –Pregunto con enfado, no debía mostrarle a Jean su debilidad y mucho menos su dolor.
-No lo sé, creo que esa es la razón por la que preguntó
-Cállate, al grano- Se cruzó de brazos encarando al mayor- ¿Qué quieres?
-Tal vez solo quería hablar contigo- Dijo con ese tono juguetón que lo fastidiaba tanto.- Me sorprendió mucho que hallas venido
-Por si no lo recuerdas tu enviaste la maldita invitación- El canadiense se rasco la cabeza con un aire divertido- No vine por ti si es lo que piensas- Jean borro de apoco su sonrisa quedando esta vez un poco serio- Quería ver a Otabek, creímos que sería una buena oportunidad para charlar
-Lo entiendo- Volvió a sonreír pero de manera más apagada- Bueno, te dejo. Tal vez hablemos mas tarde, ahora debo ir con mi ESPOSA- Los ojos azules brillaron, la forma en la que recalco la palabra "esposa" no paso desapercibida por el rubio.
Esta vez escucho algo quebrarse dentro de él.
-¡YURI!- Mila lo abrazo efusiva-¡Tienes que ver esto! ¡Viktor y yuri están montando una especie de acto del otro lado del jardín!
-Gracias Mila... Pero no tengo ganas de ver a ese par de ebrios idiotas- Le dijo ocultando sus ojos tras su flequillo.
Sentía que si se movía de su lugar, no podría evitar llorar. Tomo otra copa de sidra y la bebió hasta el fondo, tomo una segunda y repitió la acción unas cuantas veces.
La sidra sabía rara
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.