Donde cada vez es mas común que los hombres puedan concebir. Yuri Plisetzky termina un amorio; Con el corazón destrozado y lleno de dolor promete no volver a enamorarse.
Una confesión de la persona menos esperada pondrá su vida de cabeza. Había pr...
-Bueno, ¿Nunca has pensado en eso?- Pregunto Otabek mientras miraba en dirección a Viktor y Yuri que bailaban en la pista como si solo estuviesen ellos dos, muy acaramelados sin despegar la vista el uno del otro- Lucen muy enamorados...
Yuri miro hacia donde Otabek, por supuesto que había pensado en ello, era un adolescente que había probado las mieles del amor y ahora soportaba las hieles del mismo. El matrimonio Katsuki-Nikivorov era la encarnación del amor, ambos desbordaban miel en su relación, sabía que en su vida volvería a ver algo como lo que ese par tenía, se amaban frenéticamente. Esta vez poso sus ojos En JJ que besaba a Isabella al otro lado del lugar, se miraban de una forma tan extraña, Jean la miraba como nunca lo miro a él y probablemente como jamás lo miraría. Nauseas le invadieron, esta vez el dolor de su pecho era más agudo. ¿Así se sentía morir? Probablemente.
-Escuche que planean tener familia pronto...- Hizo una pausa para beber el licor que tenía - ¿Nunca has pensado en eso? Tener una familia y eso- Quiso golpear a Otabek, ¿Por qué insistía tanto en hablar de eso? ¿No notaba que le dolía? Su corazón se contraía, haciéndole sentir un hueco en el pecho, un hueco tan profundo que ni si quiera la compañía de su mejor amigo podía llenar. Nada podía llenar el vacío, nada podía sanar su dolor, nadie podría hacerlo olvidar el amor que sentía por Jean.
Nadie.
- Por ahora solo quiero ser el mejor patinador Altin, no tengo tiempo para esas estupideces.- Menciono molesto el rubio, cada que mencionaban ese tema no podía evitar colocarse algo violento, era eso o soltarse a llorar frente a su mejor y único amigo- ¿Por qué lo preguntas? Acaso... ¿Estás enamorado?- Pregunto burlonamente mientras miraba con ojos picaros a su amigo, Otabek dirigió sus ojos chocolates hacia los verdosos de Yuri, la sonrisa que hacía unos segundos tenía en el rostro se borró por completo, la expresión de Otabek era... Diferente, lucia como todos los días más... En sus ojos había algo más, algo que solo había visto en los ojos de Viktor y en los suyos.
-Así es Yuri, estoy enamorado de alguien.
Todo se detuvo.
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Yuri se mantenía al lado de la mesa del banquete, no quería hablar con Otabek, no después de lo que le había dicho, dado que era un buffet las mesas rodeaban el lugar y apenas se terminaba un platillo automáticamente llegaban los meseros colocando más comida. ¿Cuánto habría gastado Leroy? Sin duda una suma de dinero tan grande que rosaría lo obsceno. La mesa de bebidas se había convertido en la acompañante del rubio, dado que la mayoría eran mayores de edad podían gozar del alcohol sin ningún problema, lamentablemente el permanecía en sus 15 primaveras y solo poda beber sidra o agua...
