Capitulo 8: En marcha.

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Lilibeth ahogó una risa.

¿Qué clase de recompensa era esa?

Ella quería a Charlotte, pero la chica era bastante imposible si no sabías como manejar su carácter.

No quería pensar lo que sería estar a sus órdenes.

Pero si había cuidado de Arlet, entonces quizá si fuera una recompensa.

-No es que haya visto a la señora Van Helmont demasiado, considerando como mamá y ella se llevan… Pero me alegro que haya estado alrededor ese día, señor Nash. Todos somos muy afortunados de tenerlo. Especialmente Charlie ¿No es cierto, cariño?-

Al parecer no.

La chica no se veía nada contenta con aquella conversación.

Maximillian asintió.

-Gracias, señorita. Pero solo hacía mi trabajo.-

Un resoplido se oyó luego. Charlotte rodó los ojos mientras golpeteaba su pie contra el piso.

-¿Han acabado? Tengo que irme ahora. Y por desgracia, todos ellos tienen que acompañarme.- Arrugó la frente mirando alrededor de Lili y Frankie. -¿Dónde están sus guardaespaldas? Ustedes iban a salir, ¿Verdad? ¿Por qué no tienen a ningún gorila detrás?-

-No creo que yo necesite un guardaespaldas, Charlie. Tengo casi treinta años.- Agregó Frankie.

-Los tenías ayer. Papá te ordenó llevar dos. Lo oí. Y tú…- Apuntó hacia Lili. –Tú debes de tener tantos como yo. Conozco a tu papá, el tío ogro, no te dejaría salir sola.-

-No está sola.-

-¿Tú vas a protegerla?- Se burló mirándolo de pies a cabeza. –Eres un diplomático pacifista. No creo que haya una pizca de violencia en tu cuerpo. ¿Cómo podrías defenderla si los atacan?-

Frankie no se molestó en ofenderse.

-Haría cualquier cosa por ella, porque la quiero, Charlotte. Algún día lo entenderás.- Se defendió orgulloso.

Char no tenía nada que responderle. Lo admiraba por ser tan directo como para confesar eso frente a todos.

Lili también se había quedado sin palabras. No era algo que no supiese, pero oírselo decir delante de más personas que no fuesen ellos dos, la conmovía. Sí el supiese… 

Para evitar mirar a Frankie, se concentró en Charlotte y al cabo de un minuto, consiguió volver al tema principal.

Eso le quitó toda la felicidad que había reunido.

Pero también le dio una idea magnífica.

-¿Charlotte?- Inquirió para llamar su atención. -¿En verdad estás muy apurada? Porque nos vendría muy bien hacerte una simple pregunta.  Es un asunto serio y…-

Los ojos de la princesa brillaron.

Ella amaba los asuntos serios. No eran muchas las veces  en la que la considerasen apta para algo así.

-Te escucho.- Dio un paso adelante y se giró hacia Max. –Tú, te quedas allí. Ya la has oído, es algo serio. Y dudo mucho que les guste que un empleado se inmiscuya en ese tipo de asuntos.-

Bésame o Dispara. #Descontrol en la Realeza 3Where stories live. Discover now