XXII: 'Dos amores... Un dilema'

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— ¡Uno! — gritó y comenzó hacer su baile de la victoria mientras los otros dos lo miraban con odio. — ¡Uno, uno, unoooo! — canturreo lanzando las cartas al aire mientras daba vueltas.

— ¡Ya! — se quejó como mal perdedor JiMin cruzandose de brazos. Era la cuarta vez que perdían ante el menor.

— Sigues siendo infantil JungKook... — habló el castaño rodando los ojos.

— Habla el que siempre pelea con su primito de cinco años por los dulces — atacó el maknae haciendo ondas con sus caderas mientras festejaba, Taehyung lo ignoró y se puso de pie para ir a la cocina. — Ahora que gané me deben algo — canturreo mientras comenzaba a juntar las cartas del juego con JiMin.

— Dinos ya el castigo, para que la tortura sea rápida... — dramatizo JiMin fingiendo llorar.

Era domingo por la mañana. Los tres amigos, el día anterior habían pensado quedarse despiertos hasta tarde jugando videojuegos y comiendo comida chatarra, cosa que hicieron pero no esperaban para nada la llamada de Jin a las ocho a la mañana y luego a las nueve, cumpliendo así su palabra de que los llamaría a cada hora.

Por eso vieron inútil la idea de volverse a dormir y como ya habían jugado todos los videojuegos que tenían, decidieron jugar un juego de mesa que casualmente JungKook encontró.

JiMin agradecía un poco el que los otros dos lo distrayeran de todo lo estaba pasando y para no ponerse triste ya que no había recibido respuesta aún de YoonGi.

— Mmm... no se me ocurre nada por el momento — dijo el menor con una mueca pensativa que se tornó en una maléfica. — El castigo será que hagan lo que les pida, no importa lo extraño que sea, cuando yo les indique — asintió convencido y JiMin lo miró con espanto.

— Me niego — Taehyung entró a la sala con tres vasos de jugos. Después del incidente del vino no volvería a probar alcohol... o Tal vez si. — La última vez que dijiste eso me obligaste a que coqueteara con la señora de la heladería y le dijera que era ardiente ¡Me sacó a escobasos! — le recriminó.

Lo otros dos soltaron una carcajada al recordar como Taehyung corría por la cuadra con la señora detrás de él amenazandolo con la escoba y gritándole que era un pervertido.

— JiMin no te rías, lo tuyo fue peor — el nombrado enmudeció y en definitiva fue peor.

JungKook lo había obligado a que fuera a una tienda de lencería, se probara un bikini que no dejaba nada a la imaginación y le pidiera su opinión al dependiente de la tienda que para su mala suerte era gay y se intentó propasar con él. Jimin lo noqueo de un golpe, terminó siendo sacado por la seguridad del lugar y vetado de por vida.

Ni que fuera a ir de nuevo al lugar para comprar lencería de mujer... Pensó.

— ¡No me importa! — gritó el maknae sacándolo de su transe. — Harán lo que yo les pida porque gané — se cruzó de brazos como un niño pequeño y berrinchudo.

Los otros dos lo miraron confusos por no entender porque se comportaba de esa manera.

— Nada que implique que seamos golpeados o comer comida asquerosa que atente en contra de nuestra vida — dijo Taehyung apuntandole con un dedo.

— Y nada que implique que tengamos que estar medios desnudos... — agregó JiMin incómodo aún recordando algo que probablemente lo traumó.

— Esta bien... prometo que no seré tan malo esta vez... — agregó bufando fastidiado. — Tengo hambre, pidamos algo para almorzar — dijo inmediatamente.

— Comida china

— Pizza

Hablaron Jimin y Taehyung al mismo tiempo.

'El Escritor' • YoonMin  | Completo✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora