Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
El tigre recibe su nombre por la rapidez de su vuelo, los persas y los griegos lo llaman "flecha". Es una bestia que se distingue por sus varias marcas, su coraje y su velocidad extraordinaria. El río Tigris recibe este nombre por el tigre, porque sus aguas son las más rápidas. Hircania es su territorio.
La tigresa, cuando encuentra su guarida vacía por la falta de un cachorro, persigue enseguida el rastro del ladrón. Pero el ladrón, al ver que, a pesar de ir montado en un caballo rápido, está a punto de ser atrapado por la tigresa, viendo que no puede esperar salvación alguna en la huida, inventa la estratagema que sigue: cuando ve acercarse a la tigresa, lanza una esfera de cristal. La tigresa es engañada por su propio reflejo en el cristal, y se piensa que es su cachorro robado. Entonces abandona la persecución, ansiosa por recoger a su pequeño.
Retrasada por la ilusión, se arroja una vez más con todas sus fuerzas en pos del jinete, y, azuzada por la ira, amenaza en seguida con ponerse a la par del fugitivo. Una vez más, él retrasa a su perseguidora arrojando una segunda bola. El recuerdo del primer engaño no desvanece la devoción de la madre. Se enrosca en torno al vano reflejo, y se recuesta como para amamantar al cachorro. Así, atrapada por la intensidad de su sentido del deber, se queda sin venganza y sin cachorro.
