¿Qué le ocurrió a Alaska?

Recuerdo I

Estábamos caminando a casa. La tarde estaba silenciosa, lo cuál era bastante extraño conociendo a mi propia hermana. Sus pasos se escuchaban alterados por un chillido agudo debido a la tranquilidad.

-Alaska, ¿Qué ocurre?- traté de sonar lo más comprensible posible, ya que la forma de preguntar mi cuestionamiento podía cambiar la respuesta.

-Nada, todo bien, ¿OK?- contestó alterada. No sabía el por qué, pero tenía que averiguarlo.

La miré seriamente, tratando de poder ver lo que me escondía detrás de él brillo de sus ojos. Empecé a recordar la información de una página web, en la que decían que la posición de los ojos podía delatar una mentira.

-Alaska, eres mi hermana y sé que tú no eres así. Dime, ¿qué pasa?- insistí.

Mi hermana se puso roja, y en poco tiempo ya estaba hecha un mar de llanto.

Yo la consolaba, mientras las personas que pasaban cerca nuestro nos miraban con pena, confusión e incluso enojo.

-¡No sé que hacer!- gritó. Se tendió en una banca que había en el camino, y siguió con su "teatro".

En esos momentos, lo único que se me ocurría era ignorarla y seguirle el juego, además la gente nos empezaba a mirar raro, demasiado, por lo menos para mi.

-Vamos, lleguemos a casa y ahí le cuentas a mamá lo que sucede- respondí, tratando de calmar el ambiente. Le tomé la mano, y me dispuse a animarla, cuando me dí cuenta de que eso era lo menos posible a esas alturas.

-¡No me toques!- se liberó de mi agarre.- ¿No lo ves?, soy un monstruo...¡UN MONSTRUO!

Era suficiente. Le volví a agarrar la mano, y bruscamente la "arrastré" a nuestra casa, ya que si no hacía eso probablemente hubiéramos llegado en la noche.

Al llegar, abrí la puerta de golpe, tal como lo había hecho recientemente, en mi hogar, en nuestra pena por la desaparición de Alaska, una hermana muy especial.

La extrañaba muchísimo.

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ManuelaNez