Capítulo 3

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Las relaciones humanas y su raíces son un misterio. Muchas veces, surgen a través de similitudes. Muchas otras, a través de diferencias. Pero también nos reúne la inquietud, la ignorancia. Somos seres complejos, de los pies a la cabeza, incluyendo aquello que es intangible, como las emociones y los sentimientos. No necesito una maestría en la asignatura para saber que verdaderamente somos seres complejos. Seres que lidian con conflictos no sólo externos, pero también los internos. Y estos últimos, suelen ser los peores. Tenemos diferentes creencias, costumbres, crianzas; de igual forma todos pasamos por este mundo y ninguno sale completamente ileso.

En eso pensaba, con un cigarrillo entre los dientes, en el patio de la casa de Melanie, cuando me interrumpió.

—Están en camino —avisó, con el celular en la mano—, pero puedes terminar ese si lo deseas.

—Gracias.

—Algo tuvo que haber pasado después de la fiesta de Dustin. Siento que toda esa obsesión que tenías por el chico nuevo, se aplacó. —Ubicó su menudo cuerpo sobre uno de los asientos de mimbre que adornaban el espacio verde, justo en frente— Y sé que si pregunto, buscarás la manera de evadirlo.

—No. —La detuve— Lo cierto es que no lo haría. Podría usar un poco de charla y confidencia ahora. —Hundí la colilla contra el cenicero de su padre, ella amablemente lo recogió— Pero tiene que ser mutuo.

Sabía que algo estaba pasando, no me sentía preocupada por ella, pero sí había incrementado mi curiosidad luego de haber visto fotos de ella y Julie en Instagram. No podía evitar preguntarme qué era lo que hacían juntas, de qué hablaban y si por alguna razón, yo era tema de conversación. Por lo que era más la circunstancia lo que rondaba mi cabeza, que el temor a lo que a ella pudiera pasarle. Y ese acto de egoísmo puro, podía salirme caro.

—Ya sé de lo que hablas. Y lo entiendo.

—¿Ah, sí?

—Por supuesto. Son celos.

Mi risa no era de nervios, ni de diversión. Ocultaba una molestia obvia.

—Sabes que no conozco los celos. Que me desprendí de eso al crecer, por lo estúpido y dañino que es para otros y para mí. —Aclaré a regañadientes.

—Pero que no lo aceptes, no evita que te pille desprevenida. —Contestó, cruzándose de brazos, más relajada de lo que creí— Julie necesita una tutora. Es todo.

—¿La hija del director necesita una tutora?

—Tal y como lo escuchas. Sé que piensas que a última hora me alié a tu archienemiga ex mejor amiga, pero no es así.

—Estás equivocada, yo...

—Nat. —Me cortó— No me interesa. Sólo no quiero que te hagas imágenes mentales que no tienen lugar en nuestra amistad. ¿Sí?

La complejidad siempre estuvo presente entre las dos. Ella era mucho más precisa, basándose en conocimientos que venían a través del estudio y el trabajo duro. Muy responsable, dedicada a lo suyo. Tenía un sentido de pertenencia muy grande por su familia y allegados, y en ese grupo, estaba yo incluida. Nuestras diferencias habían logrado construir una base sólida en la que seguíamos de pie. Enfermedades, rompimientos, bajas calificaciones (mías, desde luego). Pero nunca solas. Algo que aprendí de ella.

Más tarde, esa misma noche, cuando finalmente estuve en mi habitación, me atreví a responder el mensaje que había recibido de parte de Jack. Mi Messenger no había hecho más que sonar desde la velada anterior. Lo evadí en clases también. Estaba ganando algo de experiencia en el asunto y hasta no ser una verdadera experta, no iba a enfrentarme de nuevo a él.

Fall (REESCRIBIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora