•14 "Cenicienta"

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A veces sentía que mientras más crecía, más dejaba a Yuuri atrás, era un sentimiento de culpabilidad que me acompañaba siempre

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A veces sentía que mientras más crecía, más dejaba a Yuuri atrás, era un sentimiento de culpabilidad que me acompañaba siempre. Un pequeño piquete en el corazón que bajaba mis alas.

Luego me sonreía y mi suelo temblaba. Porque sus ojos estaban desbordantes de amor, y probablemente los míos igual. Él sin saberlo, o quizás si, siempre fue muy inteligente, me confirmaba nuestra unión y me prometía en dos parpadeos y un destello de felicidad, que no habría zanja que nos separa.

 Él sin saberlo, o quizás si, siempre fue muy inteligente, me confirmaba nuestra unión y me prometía en dos parpadeos y un destello de felicidad, que no habría zanja que nos separa

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A partir de ahí todo fue una locura. Parece ser que el destino había elegido nuevamente mi camino, y éste se veía muy prometedor.

Empezaron a llamarme "La promesa del patinaje" y realmente no puedo encontrar otra palabra para definir la situación que "locura". Ahora la pista siempre se la pasaba llena de reporteros, fotógrafos y editores de revistas y periódicos. Todos tomando capturas sobre nuestro entrenamiento, haciendo muchas preguntas a mí y a Yakov, agobiandome mucho.

Yo sólo había ganado una competencia...

Y luego otra.

Y luego otra.

Y luego otra más

Superándome una y otra vez, derrumbandome aproposito sólo para esforzarme el doble nuevamente. Y la verdad pensé que era una cualidad de todos nosotros, esforzarnos hasta desfallecer en los brazos de nuestros sueños...

Si esto era así... ¿Qué había de especial en mi?

Se lo pregunté a Yakov una tarde, y sólo me dijo que si aflojaba ahora, no sería especial nunca más.

Eso no responde mi pregunta ¿Sabes?

Se lo pregunté a Lilia y me dijo que mi técnica era perfecta, que después de todo ella me había enseñado lo mejor.

Se lo pregunté a Mamá y me dijo que era especial por esforzarme.

Se lo pregunté a papá y me dijo que sería grande.

Nadie logró hacerme desaparecer esa duda. Y empecé a sentirme ansioso ante ello, hasta que una noche y sin saber porqué había tardado tanto en hacerlo, mientras Yuuri cepillaba mi cabellera platinada, le pregunté.

Hecho a la medida • Victuuri Donde viven las historias. Descúbrelo ahora