Saga Sempiterno [Libro #1]
Tener una pareja destinada es como una promesa de Fe que se hace a ciegas, es como saltar a un pozo sin fondo rezando porque haya agua al final, es soñar con tener todo y arriesgarse a quedarse con nada, es tan hermosamen...
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La adolescencia equivale a muchas cosas ¿cierto? No sólo a cambios físicos, sino psicólogos también. Pues bien, yo no estaba enterado de nada, y lo mejor de todo... Empecé por el lado menos indicado para asimilar.
Hubiera deseado empezar por el crecimiento apresurado, de estatura y... Demás cosas. Hubiera deseado empezar por el vello facial, o el vello en general, incluso hubiera deseado mil veces el sudor rancio propio de esa edad. Pero no, si era yo entonces el destino se la ingeniaba para ponérmelo difícil.
Porque no era suficiente que yo no entendiera que sucedía, sino que también tuvo que involucrar a mi bebé. Y eso no se lo perdonaría.
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Desperté muy temprano en la mañana de ese sábado. Era nuestro día libre y por lo general dormíamos hasta mínimo las diez. Pero me desperté completamente sudoroso y acalorado. Mi padre dormía con su torso descubierto, y uno de sus fuertes brazos sostenía la delicada mano de mi madre por sobre mi estómago.
Casi me hizo sentir mejor el hecho de que mis padres habían accionado el interruptor interior de "padres sobreprotectores". Pero no. Justo en este momento me sentía incomodo y completamente asustado.
¿Había mojado mis pantalones? Que patético era. Ni siquiera mi lindo Yuuri mojaba sus pantalones.
Me solté de su cariñoso agarre y corrí al baño con mis ojos llenos de culpabilidad. Cerré la puerta con apuro y me deshice de mis pantalones de pijama.
Lo toqué con mis dedos y me sentí extrañado. Eso no era... Eso no era pis. Era un tanto más viscoso, lo tomé entre mis dedos y verifiqué que era transparente. Eso definitivamente no era pis*
Me senté sobre la tapa del váter y rodeado de lociones y cremas extrañas e mamá, pedí al cielo que me tragara la tierra. ¿Y si algo malo me estaba sucediendo en realidad? ¿Tendría que ir con el doctor? ¿Cómo le diría a mis padres? ¿Si estaba en mi lecho de muerte, cómo se lo diría a Yuuri?
Estaba aterrado.
Luego escuché dos toques en la puerta y por poco no me cuelgo al techo con mis uñas. Frente a mi, la puerta parecía verse cada vez más distante, y mi visión empezó a moverse.
