CAPÍTULO 16

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—¿Cuándo vamos a dejar de mentirnos, Lena? —afirmó con una voz más propia de Supergirl que de Kara Danvers—, sé que tú también sientes algo por mí, no te atrevas a negarlo. Y no es sólo porque sea la doble de tu novia, sino por mí misma. Esto que nos está pasando no es sólo confusión.

—Kara... no te acerques... —rogó Lena en un suspiro.

—Es cierto que besé a la Lena de mi mundo pero... te miro, sé que no eres ella, y sigo deseando besarte —aseguró la kryptoniana— Y sé que a ti te pasa lo mismo.

—Sal de mi habitación, por favor —pidió Lena, dejando la cama.

—¿Por qué? —Kara seguía avanzando hacia ella— Lo deseas tanto como yo.

—Esto no puede ser... —musitó Lena con gesto de sufrimiento.

—Aquí sólo estamos tú y yo, dejémonos de mentiras —insistía Kara—, niega que sientes algo por mí, vamos.

—Para, por favor... —suplicó una vez más la joven Luthor apartando la mirada. Pero Kara no paró. Le cogió la barbilla y la obligó a mirar sus ojos azules.

—Tú también sientes algo cuando me tienes cerca, ¿verdad? —preguntó con la voz calmada—, sabes quién soy, pero eso ya no importa.

—Kara... —dijo perdiéndose en la mirada de la kryptoniana.

—Estoy harta de negar lo que siento por ti, y veo en tus hermosos ojos verdes que te pasa lo mismo —señaló Kara—, vivamos esto juntas, ahora que tenemos la oportunidad, por favor, Lena... —musitó mientras se acercaba peligrosamente a sus labios.

La joven Luthor no pudo resistirse y no tardó mucho en devolverle el beso. Cuando se separaron, Kara sonrió y se alejó de ella unos pasos. Abrió el primer cajón de la cómoda y sacó los brazaletes de kryptonita para ofrecérselos a Lena.

—Úsalos, no quiero hacerte daño —afirmó con decisión. Lena sintió que algo recorría todo su cuerpo al escuchar sus palabras—, pónmelos.

En cuanto se los colocó, Kara se abalanzó sobre ella y la levantó en un impulso. Lena se aferró a su cintura con las piernas.

—Creo que eres un poco más fuerte de lo que pensaba —gimió encantada la joven Luthor.

No hubo más palabras, pues sus labios estaban demasiado ocupados besando la piel de la otra. Kara dejó a Lena sobre la cama y se echó sobre ella, haciéndola suspirar al sentir su cuerpo.

—Aquella noche en que nos besamos en el sofá del salón... —susurraba Kara— sólo podía pensar en hacerte mía... —Entonces besó su cuello con intensidad, mientras Lena gemía ligeramente con los ojos cerrados.

Las palabras de la kryptoniana y las sensaciones que le provocaba la tenían subyugada. Ya no quedaba rastro de racionalidad en ella. Era como si Kara hubiese apartado a un lado todo aquello que no fuesen ellas dos y lo que sentían la una por la otra.

—Hazme tuya —rogó sin ninguna vergüenza. Kara sonrió y sus manos se colaron por debajo de su pijama, alterando su respiración.

Cuando sintió los dedos de la kryptoniana sobre su ropa interior, cerró los ojos con fuerza, ya no había vuelta atrás, y parecía no importarle. Kara la acariciaba, Lena jadeaba, y finalmente, invadió su cuerpo, ansioso por recibirla.

—Al fin eres mía... —susurró en su oído— Ahora sólo importamos nosotras.

Lena gimió y tembló al alcanzar el orgasmo debajo de una satisfecha kryptoniana. Pero cuando la joven Luthor abrió los ojos, tratando de recuperar el aliento, Kara no estaba sobre ella ni en su cama. Se incorporó un poco y miró a su alrededor, los primeros rayos de sol querían colarse por entre las cortinas. Todavía respiraba con cierta dificultad, su corazón seguía acelerado y su piel perlada en sudor.

Tierra - 40 [Supercorp]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora