Capítulo 26

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Lamento la demora, me odio, tenía la mitad del capitulo desde hace mucho pero no había podido sentarme tranquila y concentrada en el fic porque pensaba en las miles de cosas que tenía que hacer, la universidad me consume.

Espero que acepten mis disculpas con este capitulo, quiero que sean pacientes porque estoy en las ultimas semanas del ciclo en la universidad y eso quiere decir muchas tareas y examenes, trataré poner de mi parte para que no se haga prolongada la espera.

Contestaré comentarios :D gracias de ante mano.


Capítulo 26

Thomas lo miró desafiante sin dejar de sonreír provocándole gracia como Andreas osaba imponerse, sentía las malas vibras que despedía y su forma de verlo era como si le acusara de algo, aunque ya se imaginaba de qué se trataba.

— Muy bien, estoy ansioso por escucharte —dijo adoptando su pose peculiar juntando sus manos tras su espalda— Soy todo oídos.

— Me enteré que usted ha estado seduciendo a mi rey por todo tipo de medios, ya sea escrito, verbal o algo tan sencillo como su olor.

— Me culpas por mi naturaleza —arqueó una ceja con picardía. Siempre había sido muy seductor no podía estarle incriminando por ser un Taurino hecho y derecho— Interesante, prosigue.

William negó con su cabeza reprobando a Andreas, ya no sabía qué hacer con él, por ahora guardó silencio queriendo escuchar también a lo que quería llegar, quizás eso le ayudara a liberar sus problemas internos.

— Usted no puede estar hablándole de forma tan vulgar, sus palabras son insultantes y no sólo a él sino también para nuestra especie. Sabemos que los Taurinos son demasiado efusivos, pero no significa que usted deba faltarle el respeto a otro rey, él es un Cordero.

— Basta, Andreas —le detuvo su primo poniéndose frente a él— ¿Por qué me haces esto? Me avergüenzas —dijo entre dientes, no se quería ni imaginar lo que Thomas pensaba de él en ese momento.

— ¡Porque quiero aclarar que nosotros no somos iguales a los Taurinos! —Elevó su voz enojándose en verdad, se apartó de William enfrentando a Thomas— ¡Lo que a ustedes les parece correcto a nosotros nos puede ser incorrecto! No puede cambiar eso, por lo tanto, le digo que deje de mandar esas notas.

— Me rehúso —utilizó un tono infantil y arrogante, al hablar se inclinó hacia adelante analizándole, su ceño fruncido le decía que el Carnero estaba irritado.

Andreas además había notado el broche que llevaba Thomas, le pertenecía a William cuando él fue un príncipe, la sangre le hirvió hasta la cabeza. Quería darle un puñetazo y quitarle ese broche que muy seguramente William terminó por regalarle.

— Estás celoso de mi relación tan cercana con William, puedo olerlo —aspiró con su nariz respingada a lo que Andreas retrocedió sintiéndose invadido en su espacio— Sin embargo, no tienes por qué preocuparte pues no es de tu incumbencia. Y deja de estar hablando de los Taurinos con desdén, la única razón por la cual sigues vivo aun es por William, si yo no le apreciara entonces tu actitud y falta de respeto en esta ocasión sería un motivo por el cual yo pondría en duda mi alianza con Rocallosa.

Rey CorderoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora