El rey Carnero ha muerto tras una batalla contra los Búfalos, Rocallosa se encuentra sin un regente que proteja la nación de los Ovinos, quienes son famosos por sus poderosos cuernos y cráneos. El príncipe Cordero es demasiado joven para ser coronad...
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Disculpas por la demora, las universidad a veces me consume :/ y este capitulo requería de mi tiempo. Y creo que se me olvidó algo pero no recuerdo el qué jajaja
Disfruten el capitulo, hará mucho calor.
ADVERTENCIA: Si eres intolerante a la lactosa vas por tu propio riesgo ;D
Capítulo 20
Sus piernas desistieron al no poder más con su peso, sentía que se debilitaba por una parte y por otra su ingle acumulaba sensibilidad. Lo abrazó pegando su pecho con el de Thomas antes de besarlo, él no dejó de estimular su erección durante los besos dados, procuró ser cuidadoso en no tocarle demasiado fuerte sabía que William se mantuvo puro hasta el día de hoy. Esa idea de romper lo establecido excitaba al Toro, estaba llevando al Cordero a caer en la tentación, cambiar su manera de ver la vida y convertirle en un adulto sin en realidad serlo.
Thomas lo hizo sentarse en su regazo frotando sus erecciones bajo el agua, sus cuerpos estaban calientes y expresaban con gemidos lo que el placer les provocaba con cada rose. William bajó su mirada viendo con vergüenza como su cuerpo estaba reaccionando, su pene estaba erecto saliendo del agua cada que se movían. Se sostuvo del borde de la pila paralizado, jadeó sin quitar la vista de sí mismo, de su pene parecía salir una gota transparente que con mucha prisa se deslizó cayendo al agua dejando un fino hilo viscoso desde su nacimiento, aquello solo era un anuncio de lo excitado que estaba.
El Taurino levantó su dedo índice atrapando una segunda gota que amenazaba con caer al agua y desperdiciarse, la llevó a su lengua degustando la pureza que habitaba en William. Continuó jugando con su dedo tocando la rosácea punta consiguiendo que éste se mojara con más líquido viscoso. Levantó la cabeza observando la expresión en el Cordero, él le veía con deseo, sus labios se separaban al exhalar aire que contenía en su pecho.
Sus pezones le cautivaron, no tardó en atraerle y atrapar uno con su boca chupándolo con fuerza provocando quejas cuando usó sus dientes.
— Mis pechos no pueden alimentarle —jadeó William acariciando su cabeza enterrando sus dedos en su cabello castaño.
A Thomas eso no le importaba porque sabía que sus caricias con su lengua le gustarían. Cambió de pezón succionando con la misma pasión hasta endurecerlo.
Luego de un rato William sintió algo caliente chocar con sus nalgas que al principio pensó que era una mano de Thomas, pero éstas estaban ocupadas masajeando su espalda baja. Miró atrás alzándose un poco y vio que del agua emergía una gruesa erección tan rígida buscando con urgencia su entrada, se apartó del Taurino lo suficiente para ver como él se masturbó sin vergüenza bajo su atenta mirada.
Un sonido de impresión salió de su garganta seca, tragó saliva manteniendo sus ojos magenta sobre esa erección, había crecido más de lo que esperaba, se veía hinchado junto con sus testículos. Repasó su abdomen contraído y se perdió en el comienzo de su vello púbico diferenciándole de un inocente Ternero, su madurez era reflejada en sus genitales.
