Capitulo 8

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Capítulo 8

Un pequeño chorro de té caliente salió de la tetera llenando una taza de porcelana, nada mejor que una bebida caliente que contrarrestara el frío de Rocallosa. Thomas miró con picardía a la bella sirvienta de cuernos muy cortos, su piel era de un tono rosa y su cabello era rizado de color castaño. Los Ovinos eran una especie muy bella y delicada, es por eso que no dejaba de analizar a la hembra que estaba frente a ellos sirviéndoles té. Ella apenas dijo algo muy suave antes de retirarse dejándoles a solas.

— Sus hembras son muy hermosas —comentó creyendo conveniente hacer una conversación agradable llena de adulaciones, sin embargo, notó como William tenía la mirada perdida viendo el paisaje frente a ellos.

William no perdió ni un segundo desde que aceptó a Thomas como su invitado, él meditaba en las condiciones que debía haber en la alianza con Terrasol, no podían dejar cabos sueltos, no confiaría ciegamente a menos que el Taurino le demostrara y le asegurara total lealtad. Tuvo muchos años pensando en la alianza, pero cada día perdió las esperanzas hasta ahora y la sorpresiva llegada de Thomas.

Un cálido toque que cubrió su mano derecha le hizo volver a la realidad, miró de inmediato la mano del Taurino sobre la suya. El rey Cordero se quejó en su mente, fue incapaz de decir algo o apartar su mano siendo descortés con su casi aliado.

Fue en el momento que vio sus ojos dorados que llegó una opción de total fiabilidad, la cual podían realizar, aunque previamente William necesitaba ver que tan decidido estaba Thomas para ser su aliando.

— Han sido días agotadores, supongo —Thomas apartó su mano prestando atención al té de hierbas.

— Lo han sido —imitó a Thomas y ambos tomaron un sorbo de la bebida caliente.

Se encontraban en una terraza privada en el palacio, alejados de todos para hablar a solas. Thomas entregó su obsequio a William anteriormente notando cierta emoción en sus ojos que disimulaba bien cuando dio las gracias por tan hermosas y deliciosas rosas. El rey Cordero decidió plantar unas rosas en una maseta espolvoreando sobre ellas un poco de su magia para que éstas pudiesen adaptarse a esa nueva tierra, así se mantendrían vivas y brillantes.

— Desde el momento en que le vi no dudé por ningún instante que usted, mi estimado Cordero, sería el rey de Rocallosa. Sin embargo, debo exprésale mi sorpresa porque lo ha hecho de manera única —dejó el té sobre la mesa de manteles blancos— me dejó sin palabras.

— ¿Creía en mí desde aquella vez? —preguntó curioso, quería pensar que hablaba con la verdad.

— Por supuesto, sé reconocer a un alma con perseverancia —alzó la mano encogiéndose de hombros.

Los ojos dorados miraban al frente, su color se perdía con la luz del día llamando la atención del Cordero, el Toro era muy atractivo.

— Se lo agradezco —lo miró con suma atención para hablar del tema que debían discutir— Entonces, me gustaría conocer su punto de vista, rey Thomas. Ya hemos hablado en el pasado sobre los beneficios que obtendríamos y me gustaría escuchar cuales cree usted que podrían ser los motivos que cancelarían nuestro trato.

Rey CorderoWhere stories live. Discover now