V.III Diario Inesperado (Historia de Emily)

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El clima de aquella sala era cálida gracias a la chimenea, los cuatro estábamos sentados en el piso en vez de hacerlo en el sillón de Anne, era como volver a nuestro años de infancia en el que Anne, Daryl y yo jugábamos en la sala mientras golpeábamos  las paredes, Emily no tenía una idea clara sobre qué es de lo que trataría su historia, pero sólo pensaba mientras no dejaba de comer dulces.

— ¿Ya tienes alguna idea? —preguntaba Daryl  mientras empezaba a desesperarse por la lentitud de Emily.

— ¿Podrías no molestar y dejarme pensar? Necesito plantear bien mi historia, no soy como ustedes —dijo Emily con enfado en su rostro.

—Tomate tu tiempo, no dejes que la presión arruine tu historia —decía Anne mientras iba a la cocina por postres.

—A veces pareces de esas computadoras que tardan años en encenderse —dije sarcásticamente.

— ¿Enserio Matt? ¿Crees que es gracioso? —decía Emily intentando concentrarse.

— ¡Te tocó ficción por favor, eres libre de hablar de lo que quieras! —dije a Emily insinuando que se apresurara.

—Eso es cierto, tienes el comodín en tus manos —decía Daryl mientras revisaba su teléfono.

— ¡Lo tengo! —grito Emily.

—Ahora sí, ponganme atención —dijo Emily.

— ¡Anne, Emily ya tiene su historia vente a la sala! —le gritaba Daryl.

—Bueno, se que tu historia sera grandiosa —le dije a Emily mientras sonreía.

—Gracias —dijo Emily devolviéndome la sonrisa.

— ¡Espera Espera Espera! Traje brownies —dijo Anne al traer los brownies desde la cocina en una bandeja.

—Bueno, somos todo oídos. ¿Así se dice? ¿No? —dijo Anne intentando imitar el castellano de Emily.

—Jajaja sí, así se dice —recalcó Emily.

—Mi historia será de fantasía.

—Interesante —dijo Anne y Daryl al mismo tiempo.

Después de eso chocaron las miradas y se prometieron un chocolate.
Después de aquella escena prestaron atención a Emily.

—Está bien, comenzaré.

Emily

—Erase una vez, una chica de 15 años llamada Eliza. Ella cada fin de semana  visitaba la casa de sus abuelos junto a su padre, por desgracia, casi no disfrutaba ir a aquella casa añeja porque no había internet, el clima siempre era caluroso y no había nada entretenido a su alrededor. ¿Pero qué interesante tendría una casa en un lugar desértico?

— ¿Qué? —dijo Daryl con interés interrumpiendo a Emily.

—Daryl, callate y dejame contar —dijo Emily.

—Yo sólo decía, tenía curiosidad —dijo Daryl mientras se rascaba la cabeza.

—Como sea, continuo, así como Daryl, Eliza tenía curiosidad de averiguar que podría entretenerle en aquel lugar poco divertido, Eliza intentaba pensar , pero  el abuelo Worren la había interrumpido.

—Eliza, querida. ¿Podrías subir al ático por mi caja de colección de monedas?
Quiero enseñársela a tu padre —dijo el abuelo que a causa de su larga edad no podía ya subir escaleras.

—Sí, claro abuelo —dijo Eliza, lo hacía con un poco de apuro ya que quería entretenerse con algo.

—Así que Eliza subió las escaleras de la casa, al dar cada pisada se escuchaba un rechinido de los escalones, cuando llegó hasta el ático se le complicaba  poder agarrar la cuerda que al jalarla abriría las escaleras para poder subir, después de arduos intentos por alcanzarlo lo logró, al subir al ático todo parecía un desierto, el polvo que cubría todo el cuarto parecía inagotable, la única luz que se observaba era la que provenía de la ventana de aquel fondo.

Lo Que Pienso De Ella.Where stories live. Discover now