2. Warlock

1.5K 179 28
                                    

  'Cause when you look like that i've never ever wanted to be so bad, oh, it drives me wild' 
Wild- Troye Sivan

◄ ◄◄◄◄ ►►►►► 

Dejo caer mi bolsa de deporte al suelo, suspirando brevemente al tiempo que muevo mis hombros para desentumecerlos. Ha sido una mañana dura, pero demonios, el cliente de ayer no se cansaba nunca. Creí que incluso iba a pagar por un par de horas mas. Por suerte no lo hizo, o esta mañana no me habría despertado ni a empujones. Y encima nada mas llegar a clase una Camille medio borracha ha decidido que hoy era un buen día para un examen sorpresa. ¡De lujo! Por suerte mis nervios y mi fatal equilibrio no se han puesto de acuerdo esta vez y he logrado no cagarla. No demasiado al menos.

A última hora, en clase de historia de la magia, literalmente me dormía sobre el pupitre. Creo que he llegado a echarme una buena siesta, porque la clase se me ha hecho extrañamente corta y al ir al lavabo he descubierto que la mitad de mi cara ha calcado los primeros apuntes que había hecho al iniciar la cara. Menos mal que estaba reciente y con algo de agua y jabón ha desaparecido con facilidad. Menudas pintas sino para pasear por la calle.

Me acerco a mi cuarto, dejándome caer en la cama como un peso plomo. Suspiro, enterrando mi cara en la almohada, deseando dormir durante horas. Estoy a punto de rendirme en los brazos de Morfeo cuando mi teléfono 'especial' empieza a sonar en mi bolsa. Tengo que levantarme a toda prisa para llegar a cogerlo, golpeándome el meñique del pie contra la mesita del sofá. Doy botes agarrándome el pie al mismo tiempo que descuelgo el teléfono, contestando tan solo con un gruñido. Se que no es lo ideal, pero no estoy capacitado ahora mismo para decir ninguna otra cosa. El dolor me nubla la mente unos segundos. Sin embargo eso no me impide escuchar. -¿Hola?¿Estoy hablando con Warlock? - Pero a ver, tío...¿no has llamado al número de alguno de mis anuncios?¡Pues claro que seré yo! No has llamado al del gas, eso seguro. Evito rodar los ojos y contesto lo mas imparcial que puedo. - El mismo...¿qué necesitas? - Normalmente no me gusta alargar este tipo de llamadas, así que suelo ir al grano. - Dos horas- ¿Dos horas? Wow... Curioso. Lo mas común son treinta minutos... una hora quizá...¿pero dos? Al menos estoy seguro de que no es el mismo tipo de anoche. Bueno, supongo que todavía tengo algo de tiempo hoy... Si aprovecho a dormir por la tarde estaré lo suficientemente descansado. Miro el reloj antes de volver mi atención al teléfono. -Esta tarde. A las ocho. Te mando la dirección en un mensaje. - Recuerdo la tardanza del cliente de ayer. Y su insistencia en que tres horas son tres horas. Ni hablar, no pienso volver a desvelarme, así que decido dejar las cosas claras. - El reloj empieza a contar a las ocho. Si llegas tarde, es tu problema. - Y sin mas, presiono el botón rojo en la pantalla y reenvío el último mensaje a este nuevo número, lanzando el móvil al sofá y arrastrándome de nuevo a la cama, dejándome caer de aquí a la que será una larga siesta.

Tengo un buen sueño hasta que la alarma del despertador me hace salir de él y recordar cual es mi vida en estos momentos. Recuerdo que tengo una cita a las ocho. Y que toda mi cama esta empapada en sudor. Me levanto rápidamente y cambio las sábanas por segunda vez en menos de veinticuatro horas. Por suerte las de anoche deben estar ya secas, así que voy por ellas y las coloco, dejando la cama perfectamente hecha y recogiendo un poco la habitación. Si algo se me ha dejado siempre claro es que si cobro el precio que cobro todo tiene que estar impecable... incluido yo. Así que va siendo hora de entrar a la ducha. Me rasuro mis partes nobles lo mas cuidadosa y detalladamente que puedo. Por lo demás no hay mucho que pueda retirar. Por suerte para mi, no tengo demasiado pelo. Y yo que siempre he sido alguien mas bien pudoroso... no quiero contar ya la de hombres que han visto esa parte de mi. Lo de virgen hasta el matrimonio puede quedar olvidado para ti, Bane.

Salgo de la ducha con un suspiro de fastidio y arreglo cuidadosamente mi cabello, secándome concienzudamente antes de ponerme un simple pantalón tejano oscuro de los mas ajustados que tengo y una camisa blanca. Elegante pero no de forma exagerada.

No llegan a dar las ocho cuando el timbre de la puerta suena y sin tan siquiera descolgar abro directamente. Se perfectamente quien es, aunque no conozca su identidad. Espero apenas dos minutos y el timbre de la puerta me lleva a abrirla, sin detenerme demasiado a mirar al chico al otro lado, haciéndole un gesto para que entre. Al menos no es un viejo como el de hace una semana. Todavía tengo pesadillas con ello, pese a que no quería mas que algún que otro trabajito manual.

Una vez ha entrado a mi apartamento puedo observarlo con claridad. No, desde luego no es un viejo. De hecho no parece ser mucho mayor que yo. Y tampoco le falta una mano ni tiene la cara llena de verrugas, al contrario. Resulta bastante atractivo, con todo en su sitio, un rostro agradable, sus músculos parecen bien definidos bajo la ropa y no parece ser ningún tipo de chalado. ¿Qué lleva a un hombre así a contratar un servicio como el mio?

Me percato de que está observando mi apartamento y carraspeo un poco. No es que me importe, por mi que pierda las dos horas mirando el apartamento... pero no creo que sea algo que nos llevara a buen termino. - Perdona... no esta nada mal el sitio. - ¡Ja! Pues claro que no. Esta decorado por mi hasta la mas minúscula esquina. Y no es por presumir pero no ando nada falto de estilo. - Oh, no... siéntete libre de observar a tu antojo... pero no creo que estés aquí de visita inmobiliaria, ¿verdad? - ¿Es cosa mía o se lo ve nervioso? - ¿Es la primera vez que haces esto? - Asiente y en un gesto algo comprensivo le hago un gesto hacia el sofá para que se siente. - ¿Quieres tomar algo? - Niega y entonces me decido por sentarme a su lado, a una distancia prudente. Sin embargo nada podría haberme preparado para lo siguiente. - En realidad... es la primera vez que... bueno. Supongo que ser virgen no es tan malo, ¿no? - Parpadeo incrédulo, repasándolo de nuevo con la vista de arriba a abajo. Me trago las palabras que estoy a punto de soltar, dándome unos segundos para responder. Respeto ante todo, Magnus. Este chico esta pagando 750$ la hora por estar aquí. Obviamente no quiere bromas. - ¿Acaso alguien te ha pagado esto para que...te estrenes? - A mi no me ha pasado nunca, pero no sería la primera historia que oigo al respecto. Padres, hermanos, amigos mas comunmente... que deciden que es hora de que se de el paso en lugar de poder decidir tu mismo cuándo, cómo y con quién. No soy psicólogo ni quien para darle consejos, pero creo que no sería capaz de prestarme a algo así. A mi me robaron la primera vez de mis sueños al empujarme a este trabajo... yo no voy a robarle eso a nadie. Ni por 750$ la hora ni por 10000$. - Oh no... no. Nadie lo sabe. Es... bueno, decisión mía. Me cuesta acercarme a la gente y...- Le pongo un dedo en los labios, sonriendo de medio lado al ver como esta cada vez mas sonrojado. - No necesito explicaciones. Si es tu decisión yo no voy a entrometerme...solo necesito saber una cosa...¿prefieres ser activo o pasivo?

The power of loveΌπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα