Busqué en los estantes de la biblioteca el libro que necesitaba para acabar la tarea y Ether tomó el mismo libro de Georges Simenon que llevaba leyendo desde que entramos a preparatoria.

—¿Crees que estoy demasiado gorda? Quisiera quitarme los pechos, mientra más grandes más gorda me veo —ese era su tema de conversación favorito últimamente.

Ether siempre había sido gorda antes de los diez años, y seguía teniendo un complejo al ver su cuerpo al espejo.

Yo deseaba ser como ella, porque, a pesar de toda esa inseguridad que desbordaba, ella era realmente alguien muy valiente por usar sin miedo sus crop tops y sus shorts, y usar todo ese maquillaje sin verse cómo una payasa.

En cambio, yo no me atrevía a usar más que suéteres y pantalones de mezclilla. Yo era completamente consciente de que no era fea, porque me gustaba cuidarme y me habían criado de ese modo. Pelirroja rizada y pecosa, mi madre había echo un gran trabajo para que no me viese tan fea como me sentía. Pero, al contrario de Ether, yo no podía salir a la calle alocadamente, feliz y luciendo lo que tenía y no tenía. ¿De qué valía ser una persona bonita si mi personalidad estaba tan dañada, si todo de mi era un asco total?

Yo simplemente no podía esperar que un chico me mirase para algo más que querer robarme la billetera.

Un chico se sentó en la mesa donde estábamos, tenia en sus manos un libro, pero no pareció prestarle demasiada atención cuando se percató de Ether. Y a eso me refería, ella era atracción, yo repulsión.

—¿No es guapo? —susurró ella, fingiendo no verlo por detrás del libro—. Va con nosotras a Biología, siempre me mira.

—¿No es incómodo? —pregunté, deteniéndome un momento de anotar la tarea, tenía sólo cinco o seis minutos hasta la proxima clase—, si yo fuese tú me moriría de vergüenza.

—Se llama James —ella era buena para evitar mis pregunta—. Oh, mira quien está allí.

Ether nunca había acabado ese libro precisamente porque ella no lo leía, ella sólo veía quien estaba y quien no para coquetearle después (le gustaban los chicos responsables para tener quién hiciese su tarea).

Me volví un poco, más por complacerla que por otra cosa. Había un chico hablando con la bibliotecaria, y su actitud era casi como si coquetease con ella mientras ésta le sonreía y marcaba su libro.

Era como un modelo joven masculino deportivo, sólo que sin ropa deportiva a excepción de sus zapatos, con su chaqueta Blaze y su camiseta y pantalones oscuros.

Él se volvió en nuestra dirección, como si los ojos en su nuca le advirtiesen que Ether lo estaba violando con la mirada. Sus ojos, tan negros como su cabello, brillaron de una forma peligrosa, y una media sonrisa que llamaba a problemas cruzó por sus labios.

Fruncí el ceño en su dirección y me volví hacia Ether, que me miraba con sus ojos brillantes y una enorme sonrisa.

—No puedo creerlo, te sonrió.

Si lo hizo, y había sido escalofriante, y seguía sintiendo su mirada en mi nuca como un taladro. ¿Planeaba acaso robarme la billetera al salir del edificio?

—¿Quién es ese? ¿El matón de la escuela?

—Esta con nosotras en la mayoría de las clases. ¿Nunca lo habías notado? Siempre se sienta al ultimo, es tan misterioso y excitante ¿Crees que se haya fijado en ti?

𝐴́𝑛𝑔𝑒𝑙𝑒𝑠 𝑦 𝐷𝑒𝑚𝑜𝑛𝑖𝑜𝑠  [#1/COMPLETA ✔️]Where stories live. Discover now