Capítulo 12: Dejando las cosas claras

328 41 9
                                    

Louis nunca se había sentido tan extraño, Liam le había explicado "por encima" lo que pasaba. Es decir, se había inventado una historia que, por supuesto, omitía cualquier transformación animal y/o persecuciones de gobiernos extranjeros a criminales de guerra. Se había limitado a contarle que cuando aquellos tres eran niños los habían secuestrado unos locos rusos y que ahora los seguían buscando. Que por error le habían confundido con el novio de Harry y por eso lo habían secuestrado.

Demasiada información disparatada para un solo día, se levantó de la silla y miró a su jefe que parecía ansioso ante la idea de verle marchar. Como si con la mirada le invitase a irse. Por supuesto, Liam quería que Louis abandonase la consulta cuanto antes, temía transformarse delante de él. Sería una completa humillación, tanto laboral como personalmente. Haciendo caso de lo que las indirectas de su jefe le decían, Louis abandonó la consulta. Al salir se encontró a Harry apoyado en el escaparate, que exhibía montones de fotos y productos para animales. Miraba al suelo, como si no hubiese nada más interesante que contar las grietas de la baldosa que tenía delante. Louis quería decirle algo, darle las gracias, pero no se atrevía. Para él Harry era un tipo totalmente desequilibrado, alguien completamente chalado que lo había salvado, únicamente, porque era amigo del,aún más chalado, novio de Niall, que a su vez había resultado ser amigo suyo. Aunque después de todo lo que había ocurrido no tenía tan clara esa última parte. No sabía si quería ser amigo de alguien que lo había metido en un problema de tal calibre, joder, ¡Lo habían secuestrado!

Louis no entendía como alguien tan hermoso como aquel chico podía parecer tan peligroso. Era más joven que él, se le notaba en la cara, sin embargo... cuando le miraba a los ojos se sentía como un idiota, como si no supiese absolutamente nada de la vida. No sabía si era producto del carácter arrogante de Harry o de sufloja autoestima, pero cada vez que hablaba parecía que le reprochase al mundo que nadie sabía más que él de la vida o que nadie lo había pasado tan mal como él. Aquello también era un tanto inmaduro, pensó Louis anotándose un solitario punto en su marcador, después pensó que era estúpido compararse con nadie y menos con un chico que parecía sacado de un casting de modelos para ropa interior. Cada uno nace como nace y ahí concluía la cosa, no había que darle más vueltas. Louis ignoraba la hostil situación del niño que había tenido que aprender a correr antes de aprender a andar, pero pensó que después de todo sería mejor seguir su camino como si no lo hubiera visto, como si aquella tarde nunca hubiese ocurrido. Porque, aunque Harry era tan hermoso como una puesta de sol en verano, sinceramente esperaba no volver a verle nunca más, ni a él, ni a sus psicópatas rusos.

Por su parte, el joven Harry se había decepcionado un poco de que Louis se marchase sin más, esperaba un poco más de insistencia, un poco más de ellos dos manteniendo una conversación, pero tampoco le extrañaba. Había convivido con él y sabía que era más simple que cualquier otro humano que hubiera conocido jamás. Se conformaba con todo, nunca replicaba aunque algo le molestase y se tragaba el orgullo la mayoría de las veces, por no decir todas. Lo sabía por todas aquellas llamadas telefónicas del trabajo en las que Louis usaba un tono sensato y cordial, tono que desaparecía en cuanto presionaba el botón rojo de colgar. Se ponía a maldecir por lo bajo y a insultar a un tal Jordán. En realidad, que Louis no le exigiese ninguna explicación era algo que debería hacerlo sentir afortunado, sin embargo a lo que se dio cuenta ya estaba abriendo su bocaza.

—¿Ni siquiera me vas a dar las gracias? —Observó cómo Louis se tensaba delante de él, se giró poco a poco y le miró, Harry se sorprendió al comprobar que sus ojos expresaban curiosidad e incomodidad, en vez de miedo.

—Gracias, supongo...

—¿Supones? —Louis iba a darse la vuelta para seguir su camino, pero Harry se apresuró a darle algo a lo que tuviera que contestar. De pronto se dio cuenta de que aquel muchacho de ojos azules no tenía ni la más remota idea de quien era él, que no le importaba nada su persona porque ni siquiera lo conocía. Se sintió mal, tan mal que no supo cómo sentirse realmente, no sabía cómo encajar que Louis no habría sabido nunca de su existencia de no ser por el secuestro. Aquello era nuevo y decidió seguir tirando de aquel sentimiento.

Vous avez atteint le dernier des chapitres publiés.

⏰ Dernière mise à jour : May 12, 2017 ⏰

Ajoutez cette histoire à votre Bibliothèque pour être informé des nouveaux chapitres !

MiauOù les histoires vivent. Découvrez maintenant