Never to fall down (Sin editar)

Epílogo ❤

Camino por el pasillo de mi departamento hacia mi cocina, saco del refrigerador mi muy querido chocolate y comienzo a comerlo gustosamente sin interrupciones.

Cuatro años pasaron desde que todo pasó. El campeonato, peleas, familia loca.... Todo quedó atrás. Varias personas cuando paso caminando por la calle me piden que les firme una remera que tiene mi cara y otras cosas que tienen algo que ver conmigo. Para no ser tan mala, siempre se los daba. Autógrafos y fotos a todos los que me los pedían. No soy la misma de antes. Bueno.... No tanto. Solo lo digo porque en algunos aspectos sí cambie, la verdad. No soy tan dura con las personas que no conozco ni tampoco fría. No tanto, pero sigo siendo un poco así.

Hay cosas en las que sigo siendo la misma Brith de antes. Como por ejemplo cuando alguien me jode cuando estoy haciendo algo importante (comer helado) odio y siempre lo haré cuando alguien me molesta en mi preciada hora de comida. Si me joden, les doy un puñetazo. Así de simple.

Para mi suerte y la de todos, los padres de Caleb y la familia de Sophy no nos molestaron más. Al parecer se rindieron porque no querían que sus compañías estén en quiebra a causa de las revistas y las noticias. Eso es bueno ya que nuestra amenaza sirvió de mucho. Caleb y Claire visitan a su madre, quien siempre estuvo de nuestro lado en toda la confrontación del compromiso pero nunca dijo nada, para que ella no pensase que no la querían.

Con el dinero que gané en la competición logré comprarme un departamento grande y acogedor, que tenga todos mis gustos en todos lados. Bueno, la verdad es que Molly al verlo me miró seriamente y me dijo: "¿Cuándo la compras?"

Luego de eso, no vimos más departamentos ni edificios. Le encantó vivir aquí que siempre venia corriendo de la escuela para poder jugar con Matt en su habitación rosa. Como ya me esperaba, Matt prácticamente vive aquí. Y Claire... bueno, ella se consiguió un novio muy bueno y exquisito, lleno de abdominales y que es nadador. Es todo un galán.

Caleb sigue siendo el mismo tímido y nervioso que antes. Nunca cambia. Se cortó el pelo bien corto y me encanta como le queda. Le da unos aires de machote grandulón cuando es todo lo contrario. Es tierno porque siempre que me ve me trae una hamburguesa y una caja con la forma de un corazón llena de chocolates y bombones. Sí, yo no paro de comer. Él me dice que ama la cara que pongo al ver comida frente a mí y es por eso que siempre me trae algo para comer. No le importa cuánto cueste, él me lo compra y me lo trae.

Por otro lado, sin poder deshacerme de mi costumbre, sigo entrenando a la misma hora con Will en un gimnasio nuevo a dos cuadras de mi edificio y en donde consiguió trabajo. Al parecer, todo el mundo lo vio en la competición mía y, sin dudarlo un segundo cuando él fue para pedir el puesto en ese lugar, lo contrataron. Un día yo había ido a visitarlo y ver cómo lleva esto de trabajar en otro lugar, todos en el gimnasio se me quedaron viendo, y luego me aplaudieron. Mi cara en esos momentos fue épica. No entendía por qué mierda me aplaudían. Pero cuando un chico de mi edad me pidió un autógrafo en el pecho, comprendí todo. Si salir de mi transe, lo había firmado en su torso muy esculpido y me saqué muchas fotos con todos los dependientes de ese lugar.

El dueño me había propuesto un trato de que si yo, al entrenar constantemente aquí, le traía cliente, él no me cobraría la cuota por entrenar aquí. Acepté sin poder evitarlo ya que el lugar era hermoso y muy moderno, lleno de máquinas y otras cosas para entrenar.

Otra cosa que no cambio de mi es que a mi pelo lo sigo tiñendo del mismo color. Azul en degradé. Las viejas que me miran cuando llevo a Molly a la plaza me miran con cara de "¿a esta niña que le pasa? Está muy pirada por pintarse el pelo de colores.... Si mi nieta llega a hacerse eso, la rapo" Viejas del orto.

Me siento en el sofá frente a mi queridísima tele de plasma nueva y la prendo con el control remoto. Hago zapping durante unos minutos mientras como la barra de chocolate hasta que el timbre suena.