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El chico se encargó de distraer al director de una manera muy profesional. Valio la pena lo que había gastado. Guarde mi usb en el bolsillo y me asomé a la puerta. Ambos conversaban con naturalidad, hasta que el chico vio mi señal.

─Bueno, señor director lo dejaré porque creo que esta ocupado─. Le sonrió el chico y estrecho su mano para luego irse.

El director volvió a su enorme silla que casi gritaba SOY LA LEY DE ESTE LUGAR, yo lo observe, con calma, observe como la falta de cabello en su frente comenzaba a ser más notoria, observe su forma de caminar, su forma de mover las manos tan asquerosa. Era un viejo, que necesitaba jubilarse cuanto antes, vestía ropa cara, trajes finos y relojes enormes que indicaban que tenía el suficiente dinero para hacerlo, ¿por que no se iba?

─Seguimos, entonces señorita Collins, ¿cuál cree que es la idea indicada para la siguiente recaudación?

Sonreí y saqué una nota de mi chamarra. Estaba totalmente arrugada, destacando entre mis demás notas por ser de color amarillo, tenía el mejor evento que se me había ocurrido.

─Un concurso de imitaciones.

Un tanto improvisado, un tanto planeado. El día del evento fingiremos ser otra persona, otro estudiante de Giffletown High, desde las generaciones pasadas, los chicos que dejaron marca, pero ese día seriamos cualquier cosa. Menos nosotros. Un escape, un poco de diversión y sobre todo, actuación.

Cuando actuamos, nuestra mente se abre a otras posibilidades, otros puntos de vista, nos volvemos empáticos hacia nuestro personaje, lo entendemos y defendemos sus ideales. Eso fue lo que hice contigo. Entenderte. ˙ıɯ ɐ ǝɯɹǝpuǝʇuǝ sǝqǝp nʇ ʎ

Discutimos sobre futuros concursos, ventas, entre otras cosas, y me di cuenta de que cuando yo veía esas tres carpetas extrañas, él se quedaba callado y esperaba a que yo continuara hablando, descubriendo mi curiosidad.

Esas tres carpetas podrían ser cualquier cosa, ¿sabes? Podrían ser un álbum de fotografías porque el director probablemente viajó hacia esos lugares. Podrían ser lugares de trabajo. Podrían ser evaluaciones, mapas, guías, cualquier maldita cosa.

Salvo que yo estuve en esos tres lugares. ¿Pero quién era yo, entre tanta gente que pudo haber recorrido tres lugares o más? Nadie. Una loca.

Yo se que no entiendes un poco, que parezco loca algunas veces, pero te prometo que lo entenderás, ¿si? Tienes que esperar un poco para que pueda explicarte todo.

Salí de la oficina del director un par de minutos más tarde, en el pasillo, Ángel Griffin me esperaba. Y afortunadamente, la clase de geografía había acabado, jugaba en su celular mientras esperaba, cuando me vio, sonrió y se dirigió hacia mi. Note que cargaba dos mochilas en su espalda, a primera vista no reconocí que era la mía.

─¿Como te fue?─preguntó el, dándome mi mochila, la acomode sobre mis hombros y busque con desesperación una bolsa con dulces, cuando la encontré, la abrí desesperada, le ofrecí a Ángel y él se negó.

─Tengo la computadora del director en un usb─susurre con una risita de una niña traviesa.

Ángel abrió los ojos como platos, asombrado, me miró y yo sonreí con todo el egocentrismo que puede surgir de una chica con la boca llena de gomitas.

─Intenso, ahora, ¿se puede saber para qué quieres la computadora del director?

Me encogí de hombros y deje de comer, tire la bolsa en el primer bote que se me cruzó y aplaudí.

─Las personas mayores suelen mezclar su vida con el trabajo, ¿sabes? Una cuenta para todo, la misma contraseña en todas partes, claves muy obvias. Tengo ganas de conocer a nuestro querido director.

Do you love me? [#PGP2020]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora