Epílogo.

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Como era de esperarse, el sol siguió saliendo, las aves no dejaron de cantar, volvió a llover y hubo más arco iris, el viento continuó soplando y las estrellas nunca dejaron de brillar en lo alto. La gente siguió acudiendo a sus trabajos diariamente y las escuelas no dejaron de abrir, los cines y centros comerciales siguieron llenándose y las playas no quedaron desiertas. El mundo no se detuvo cuando Harry se fue. Sin embargo el de Louis se volvió mucho más triste.

Se había quedado mirando por un rato el rastro enérgico que quedó después de que Harry desapareciera, resistiendo la tentación de cruzar también. No quería meterlo en problemas, y el riesgo era fuerte sabiendo que dos Louis quizá crearían una paradoja. De todas formas no hubiera podido, debió notarlo cuando la gente comenzó a caminar por la acera sin desaparecer como Harry lo hizo, pero eso no impidió que permaneciera más de media hora vigilando el portal, como esperando que volviera.

No lo hizo.

Algo que al final nunca sabría, es que aunque Harry intentara volver no lo lograría. Por alguna razón las fuerzas del universo se habían esforzado en llevarlo a ese mundo, atrapándolo en una repetición constante en un punto combinado de ambas dimensiones hasta conseguir el impacto. Sin embargo no existía la casa color lila en su mundo, en su lugar solo había bosque, y sin la casa ni la bomba de agua ¿cómo podría repetir las acciones para volver a abrir la grieta?

Sin embargo lo esperó por largos minutos, cansándose después y volviendo al departamento con flojos y pesados pasos, buscando distracciones en el aire que erradicaran las memorias que lo abrumaban. Quedaba algo de la ropa que le prestó durante su estancia ahí, y con toda la necesidad humana de sufrir, desde ese día comenzó a usar esas prendas para dormir. Lo hizo por semanas, hasta que naturalmente, el olor de su ex huésped comenzó a esfumarse.

Continuó con su vida, yendo al trabajo en la cafetería, paseando a los perros, limpiando la vivienda de vez en cuando, cantando en el metro, consiguiendo algunos otros empleos ocasionales y turnos dobles hasta lograr establecerse un poco. Al menos podía decir que algo le quedó de Harry, porque en adelante trató de hacer todo por llevar la mejor vida que pudiera, dentro del margen de sus posibilidades, todo por si algún día, por alguna razón, él regresaba.

No dejó de esperarlo.

Y cuando empezaba a convencerse de que quizá ya nunca lo haría, que había vuelto a donde pertenecía y que si para ese entonces no había regresado a su lado significaba que ahora estaba bien, algo en su interior le decía que siguiera paciente.

Tres primaveras tuvieron que pasar para que los recuerdos se hicieran apenas visibles en su memoria, donde difícilmente podía recordar su voz o el sonido de su risa, donde decidió que esos días vividos serían su mayor y más fascinante atesoramiento, pero que tenía que seguir adelante al igual que la demás gente.

Dicen que cuando dejas de aferrarte al pasado, puedes conseguir un mejor futuro, la vida te ofrece todos los recursos para poder ser feliz. "Gracias por todo", fueron las últimas palabras que dijo antes de dejar ir ese peso sobre sus hombros, no fue hasta ese día que pensó en que probablemente el único objetivo de haberlo conocido, fue para darle un nuevo motivo de vida. No lo desaprovecharía.

**

Las ventas en épocas de festividad disminuían un tanto, las familias preferían alejarse de cadenas de comida y disfrutar de cosas hechas en casa que sirvieran para acampar. Louis había conseguido tener el turno de la tarde, miró de reojo el par de mesas ocupadas, tomó el control del televisor buscando algún programa que pusiera servir como ambientación y distracción para él, sin embargo la mayoría de canales cubría el próximo "Luminary day".

Carry Me Home || Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora