Tenía al ejemplo delante de él.

Niall y Harry habían alucinado la primera vez que pisaron el ático del beta. Quizás fue la misma cachimba la que se ganó primero el afecto del irlandés. Sin embargo, también fueron las horas de relax y confesiones las que definitivamente terminaron forjando poco a poco una amistad.

—Tus constantes negativas van a fomentar que me baje drásticamente la autoestima, Harry.

El beta había hecho unos aspavientos con las manos tras volver a hablar. Se encontraba sentado en uno de los puffs, mirando al alfa con ceño arrugado y una mueca en los labios.

Harry volvió a reír.

Oh sí, José también era un vanidoso, algo descarado pero siempre dentro de unos tintes humorísticos. Un coqueto que tampoco se cansaría de intentar meter ficha... Él lo tenía claro, no tenía problemas en mezclar la amistad con líos de cama. Y bueno, cuando no los mezclaba simplemente llamaba aburridos a sus amigos, continuando sin mucha más preocupación con su vida. No se complicaba.

—Creo que eso en ti sería imposible.

El alfa enarcó una ceja al contestar. José abrió y cerró la boca dos veces. Rió e irremediablemente, a continuación le tuvo que guiñar un ojo.

—Ok, eso es cierto.

Francamente, todavía no había nacido la persona que le hiciera dudar al beta de su autoestima.

José se levantó de su asiento, tomando un botellín nuevo de una caja de cervezas que estaba junto al sofá. Lo abrió con un mechero que sacó de uno de los enormes bolsillos de su pantalón, mientras Harry observaba desde su posición cómo se dejaba caer a su lado, acurrucándose sin reparos contra su brazo.

—Bueno, al menos háblame en ese idioma que me vuelve loco. Déjame con las ganas, vamos.

El alfa negó con la cabeza, notando la mejilla del beta restregarse mimosa contra su hombro. Los enormes ojos del panameño lo miraron antes de realizar un coqueto e inocente pestañeo.

A Harry le era imposible no echarse a reír cada dos por tres con él.

Que veux tu que je te dise? / ¿Qué quieres que te diga? /

El beta, de inmediato, dio un respingo acompañado de unas graciosas pataditas al suelo.

Oh por dios, sí. Amo tus preliminares...

Al alfa le era difícil contener la risa.

De quoi parles-tu? / ¿De qué hablas? /

José entonces se mordió el labio inferior, mirando al techo al alzar con una mano su botellín de cerveza.

—Oh sí, vamos, un poco más... No puedo creer lo loco que me vuelve todo lo europeo.

Tu es un peu fou, José / Estás un poco loco, José /

Harry tuvo que controlar la carcajada cuando sintió al otro estremecerse contra él.

—¡Santa madre! Vuelve a decir mi nombre en francés. Vamos, sí, esto es mejor que una mam-

—Oh, ¡basta!

Y Harry finalmente rió, mientras intentaba tomar un poco de distancia para con su amigo, quien de repente lo miró con cara de fingida perplejidad.

—¡Pero no cambies ahora, estaba a punto de llegar al culmen!

Era un show. José si se lo planteaba era un auténtico show...

En rutWhere stories live. Discover now