Salir de la pesadilla (modificado)

307 19 3
                                    

Primero que nada quiero dedicar este cap a jimenachilososa, inicialmente solo iba a ser escrito para ti, no sería publicado, pero me encanto tanto que preferí hacerlo, espero que lo disfruten tanto como yo disfruté reescribirlo.
.

Corro hasta llegar a una zona de la mansión donde nunca he estado, posiblemente Subaru y Ayato estén por aquí, reviso apresurada cada habitación, Kino debes estar buscándome también, y dudo que se haya tomado bien el rodillazo.

Entro en una habitación al azar, pero no encuentro a nadie, solo habitaciones vacías, sigo así con unas cuantas hasta que un leve ruido me detiene, avanzo un poco en uno de los pasillos, y el sonido se hace un poco más fuerte, hasta que me detengo frente a una gran puerta negra, me acercó para escuchar y me parece percibir el sonido de cadenas arrastrando, un presentimiento y la curiosidad me dicen que entre, y al hacerlo miles de emociones se juntan en mi interior, felicidad y terror son las principales.
Ambos chicos se encuentran al fondo de una gran habitación que parece un salón de tortura, sentados uno al lado del otro con las muñecas encadenadas a la pared, sucios y con heridas en su mayoría ya cicatrizadas, sus ropas rasgadas, y cabezas bajas con el cabello despeinado ocultando sus miradas, no se mueven o percatan de mi presencia hasta que los llamo y corro hasta ellos para asegurarme de que sigan vivos.
-Ayato!!, Subaru!!. -le doy a cada uno unos leves golpecitos en la cara para que despierten, a lo que Subaru es el primero en despertar.
-Yui?.. q que haces aquí?. -su voz suena cansada.
-Suba!!. -sin resistirme lo abrazo como puedo.
-ti. Tienes que irte, es peligroso que estés aquí.
-No, no me iré, voy a resolver esto, no voy a huir como una cobarde, no más..
-eres una testaruda..
-tengo razones para serlo.- le doy una leve sonrisa y volteo a mirar a Ayato.
-solo está cansado, es duro estar aquí.
-voy a liberarlos. -de mi cabello saco una horquilla y logró abrir los candados que sostienen los grilletes de sus muñecas, primero liberó a Subaru y luego voy con Ayato, este último cae sobre mí al desencadenarlo, se ve demacrado, logró poner su cabeza en mi regazo y acerco mi muñeca a sus labios, logrado que muere para que pueda recuperar algo de energía
-por favor, recupérate.. te necesito.. te amo..-instintivamente mi mano baja a mi vientre.
-te necesitamos..- digo en apenas un susurro
Poco a poco sus ojos se van abriendo y una de sus manos sostiene la mía que está en su boca, apartándola un poco.
-que haces.. aquí... no deberías ..-dijo en un tono preocupado
- shhhh.. tú eres quien no debería estar en estas condiciones, pero aquí estamos, ahora bebe y recupérate, sino no podrás reclamarle a todo ser viviente que soy tuya. -una pequeña sonrisa apareció en su cara.
-es así como son las cosas, tú solo perteneces a Ore-sama.
-siempre..-me inclino y le doy un beso en la frente mientras sigue alimentándose, hasta llegar un punto donde mi visión empieza a verse borrosa y me siento mareada.
-M me s si ento.... ma mal..-casi no puedo hablar pero Ayato deja de chupar la sangre ya que dejo de sentir la presión en mi muñeca, por el contrario me abraza y yo apoyo mi cabeza en la curva de su cuello.
-te ves anémica... le diste de tu sangre a alguien más?
-a R Reiji.. e estaban casi mu muertos c cu cuando llegue.. necesitaba.. alimentarse..
-solo a Reiji?, y los demás?
-no vi..ne s sola..-voltee a verlo, se ve algo molesto, respire profundo y le dije.
-no te molestes por darle mi sangre por favor..
-no estoy molesto por eso... lo que me molesta es que me hayas dejado beber tanto, mira el estado en el que estás.
-estaremos bien..
-estaremos?...-no pudo terminar de hablar porque Subaru lo interrumpió.
-alguien viene. - en eso la puerta se abrió dejando ver a dos figuras entrar, eran el cara de piedra y Kino.
-Ayato!, suelta a mi novia!!.-Le grita el pelinegro
-Tsh!, deja de fumar droga Kino, Yui es mía
-no después de que definitivamente mueras. - El pelirrojo me deja recostada en la pared y enfrenta a Kino, ambos se sumergen en un enfrentamiento cuerpo cuerpo.
Mi cuerpo se siente demasiado pesado para moverme y a mi lado está Subaru que con un poco de esfuerzo se levanta, al lograrlo intenta hacer lo mismo conmigo pero Tougo le impide hacerlo.
-Esto ya ha sido suficiente, me cansé de ti mocosa, estás haciendo que mis hijos se peleen, es hora de que desaparezcas. -se acerca amenazante pero el albino lo enfrenta, desgraciadamente no es contrincante para él ya que está agotado, lo que aprovecha el mayor para golpearlo y lanzarlo contra la pared dejándolo inconsciente por el impacto.
-SUBARUUU!!. -gritó con todas mis fuerzas, pero una mano me toma por sorpresa, sosteniéndome del cuello y levantándome del suelo, trató de soltarme, pero él es mucho más fuerte.
-ahora voy a acabar contigo mocosa, luego veré como resuelvo el problema de la unión de sangre, y la creación de la nueva raza. -aprieta más fuerte mi cuello, cortándome el aire, pero esa presión de va rápido, dejándome caer al suelo y tosiendo, levanto la vista y veo el cuerpo de Tougo con un cuchillo atravesándole el pecho, este cae lentamente hacia el frente, sin vida, dejando ver al causante de eso.
-Kino?..-miro hacia dónde peleaba con Ayato y lo veo tirando en el suelo, tratando inútilmente de levantarse. Vuelvo a voltear hacia el pelinegro que avanza hasta el cadaver de su padre y saca el cuchillo que entro por la espalda, de un movimiento rápido le corta la cabeza, salpicándome de la sangre del muerto, poniendo un fin definitivo a su vida.
-Él arruinó mi vida, quitándome cada cosa que quería, y lo iba a volver a hacer. -dijo fijando su vista en mi.
-ves porque somos iguales?, por qué debemos estar juntos?, no ha hecho lo mismo los dos, por eso acabé con él, y así haré con todos lo que interfieran para tú seas mía mi preciosa novia. - Kino se había acercado tanto a mi que me levantó del piso y me atrajo a su cuerpo, sosteniéndome de la cintura, mientras me encontraba en estado de Shock por lo que acababa de pasar.
-Suéltala... no tienes derecho a tocarla..- Ayato consigue ponerse de pie y se acerca a nosotros. Kino lo ve con indiferencia y le lanza el cuchillo que sacó del cuerpo de su padre, dandole en el pie, causándole un inmenso dolor, sacándome del trance en el que me encontraba.
-Ayato!!!!.
-No!. -la mano del pelinegro me toma de la mandíbula fuertemente obligándome a verlo solo a él.
-No quiero que lo llames, al único que debes llamar, que debes ver es a mí, tú y yo estaremos juntos siempre, así que empieza a acostumbrarte!!.- me quedo en silencio un rato hasta que recuerdo.
-t Tienes razón... tú y yo somos iguales..- la sorpresa se instaló en su rostro y empezó a formar una gran sonrisa.
-claro que lo somos preciosa..
-si.. los dos.. somos asesinos..-con la daga que me había regalado Luna que había sacado cuidadosamente de mi bota con el fin de cortarle el  cuello al vampiro, pero este lo evitó tomando mi muñeca, aplicando la suficiente fuerza para hacerme soltarlo, pateándole lejos de mí alcance, él volvió a reírse y afianzó más su mano en mi rostro mirándole directamente.
-ya te veía venir, pero tranquila, te perdono.- dice colocando un mechón de mi cabello tras la oreja. Seguido de eso me toma por las caderas y me sube a su hombro, todavía me siento débil por lo que no consigo batallar con su agarre, y salimos de la habitación mientras grito que me suelte y llamo a Ayato para que me salve.
-AYATO!!!!
-YUI!, KINO, vuelve aquí!!, no te la lleves...- el pelinegro lo miró antes de salir de la habitación.
-lástima hermanito, ahora es mía y lo demostraré, Luego vendré a ocuparme de ti.. -y con eso sale riendo mientras escucho a Ayato maldecir, herido sin poder moverse.
Por mi parte no dejo de lloras, y golpearlo en la espalda, pero tal parece que mis golpes son cosquillas para él.
-a donde me llevas, suéltame!!
-como ya le dije a mi querido hermano, voy a demostrar que eres mía, fue interesante ver cómo sacabas esa daga, será que si reviso, podría encontrar algo más.- puso su mano sobre mi pierna y la fue subiendo hasta mi trasero.
-suéltame!!!, jamás voy a ser tuya.. AYATOOOO AYÚDAME!!!
-eso ya lo veremos...-solo dice eso hasta llegar a una habitación, donde me deposita en la cama, peleo contra él logrando arañarle el cuello, el toma mis manos y las coloca por encima de mi cabeza, acercándose a mi oído susurrándome.
-el que pelees solo lo hace más excitante, terminaras rindiéndote ante mí y suplicaras por más. -bajo hasta llegar a mi cuello donde entre besos y lamidas me mordió.
Me sigo retorciendo bajo el consiguiendo darle una patada en el estomago apartándolo un poco pero sin darme oportunidad de escapar, tomándome por los brazos me arrastra hasta los barrotes del copete de la cama, sujetándome las muñecas con esposas.
-quédate quieta!!
-mátame!! Prefiero la muerte a ser tuya, le pertenezco a Ayato, no a ti, aunque te  aproveches de mi cuerpo, jamás te amaré, jamás te perteneceré.. -quise seguir hablando pero de una bofetada me cayó, haciendo que mi labio inferior sangrara ya que lo sentía algo caliente y húmedo caer de él.
-Cállate, y deja de decir eso, voy a demostrarte que yo soy mejor que él, te haré gritar de placer tanto que te olvidarás hasta de su nombre, y solo proclamarás el mío como único dueño de tu ser. -acto seguido levanta la blusa que traigo puesta hasta por encima de mis pechos y los saca del brasier, apretándolos con sus asquerosas manos, que van bajando hasta el pantalón, desabotonandolo y bajando hasta el comienzo de las botas,  luego vuelve a dirigirlas hasta la braga, sin más que hacer solo cierro los ojos y grito, esperando que un milagro pase antes de así sea muy tarde, mis ojos se inundan de lágrimas y mi garganta duele de tanto gritar.
Kino pasa sus manos por mi trasero bajando mis bragas, pero a medio quitar se detiene y siento cómo cae sobre mí, sin moverse.
Poco a poco abro mis ojos, ya que no escucho nada más, al abrirlos veo la daga que me dio Luna enterrada en la espalda del vampiro y a mí Pelirrojo, a duras penas sosteniéndose en pie, con la furia cruzándole la mirada,  tomando la daga y apartando el cuerpo de mí, lo tira el suelo.
-Te dije que te alejaras de ella... -y con esto último le atraviesa el corazón y le corta la cabeza, poniendo fin a la tortura.
-A.. Aya..to.. -intentó llamarlo entre las lágrimas y el dolor de mi garganta.
él voltea a verme y su expresión de furia se va para abrir paso a una de preocupación, con dificultad se aproxima a mí, sacándome las esposas, bajándome la camisa, y cubriéndome con las sábanas de la cama, abrazándome, apegándome lo más que puede a su cuerpo, al que yo de igual forma me aferro.
-Él llegó a....-su voz tartamudeaba un poco como temiendo lo que pudo haber pasado.
-No, llegaste justo a tiempo. -le digo con la voz rasposa.
-no dejaré que nadie más se te acerque.
-yo no quiero a nadie más... que no seas tú. - él repartió pequeños besos por mi cara hasta llegar a mis labios, ninguno de los dos teníamos fuerzas suficientes, por lo que nos conformamos con un beso dulce en los labios, ya tendríamos tiempo después para devorarnos mutuamente, por ahora la calidez de sus brazos es todo lo que necesito, saber que ya estoy con él, me da fuerzas para seguir
.
Al menos está pesadilla ha terminado, lastimosamente arrastró con ella la vida de un ser importante para mí, pero de aquí en adelante más cosas nos esperarán, la vida no me regresara lo que perdí, pero me da cosas nuevas a cambio, solo espero que este cambio sea aceptado...

Diabolik Lovers- un nuevo comienzo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora