Carta 4

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A Camila:

Han pasado algunos meses desde la última vez que escribí. De mi parte no hay mucho que decir, excepto que me mudé, ahora 20 horas de vuelo nos separan, fue lo más lejano que encontré. Tengo un buen trabajo, en el campo, con jornada doble, es perfecto para quedar completamente agotada por la noche, sin mucho tiempo para pensar (para pensarte), aquí a nadie le interesa mi carrera, para ser sincera a mí tampoco.

Es difícil acostumbrarse al idioma, la cultura y estar sola, pero es un lugar hermoso en el que las estrellas iluminan todo por la noche y el sol se oculta a las 5 de la tarde por lo que las personas duermen temprano.

También conocí a una chica y por primera vez en mucho tiempo sonreí, ella se parece a ti, no es tan obstinada, ni soñadora, tampoco me hace rabiar de enojo, ni perderme en pasión, no me insulta cuando tiene celos, no discute a gritos cuando algo no le parece y cuando sonríe no brillan sus ojos... pero sin duda a veces me recuerda a ti.

En fin, todo iba bien, hasta que recibí ese mensaje tuyo y la única pregunta que tengo es ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? Porque cuando estoy al otro lado del mundo, porque cuando ya no golpeaba las paredes al recordarte ¿por qué?

Respondiendo al motivo de tu mensaje, ese que no me ha dejado dormir, comer o pensar: Estoy bien.

Con amor, confusión y más lejos de lo que puedas imaginar, Lauren.


Cartas a CamilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora