+ Capítulo 22 ×

Start from the beginning
                                    

- Déjame si no quieres que avise a mis tíos - volví a intentar irme, pero era inútil.

- Bueno, si lo haces, puedo decirles que tú me has estado provocando. - me reí, un argumento bastante tonto.

– ¿Es qué piensas basarte, eh? Tengo más pruebas que tú, así que aléjate. – se quedó pensativo. No tiene como atacarme, no hay pruebas de lo que está diciendo. Quitó su brazó, pasó su mano por su cabello y me dejó pasar. Caminó detrás de mí hasta llegar al comedor.

– ¿Qué es eso? — preguntó uno de mis tíos, alarmado. Rápidamente llevé mi mirada al objeto al que mi tío se refería: era un condón. Usado.
Mi tío me miró a mí con desaprobación, sorpresa y confusión al igual que a Jonathan. Bastante confundida y sorprendida, también vi a mi tío. - ¿alguno de ustedes dos puede explicarme qué es esto? - nos dijo con tono severo y bastante enojado. Ni yo misma sabía de donde había salido eso.

- Yo te puedo decir que no lo sé. Te juro que no sé de donde salió eso. Martijn y yo no hacemos eso - al menos no aquí, pensé. Mi tío parecía no creerme en absoluto.

Todos mis tíos habían guardado silencio mientras observaban la escena. Martijn se acercó sorprendido y podría decir que también algo alterado y confundido.

– Jonathan, ¿no piensas decir nada? - interrogó mi tío al no obtener ninguna respuesta.

- Bueno, - empezó a decir, su tono no se escuchaba de ninguna forma, sólo era normal – la verdad es que Tessa te está mintiendo - lo observé incrédula, ¿a esto quiere llegar con lo que me dijo hace un rato? - ella y yo lo usamos hace unos momentos en el baño - no podía creer lo que estaba diciendo.

Martijn me miró más sorprendido y alarmado. En sus ojos veía decepción. Dioses, ¿está creyendo lo que Jonathan dice?
Mis tíos igualmente se sorprendieron con las palabras del imbécil ese. Yo estaba que no cabía en mí por pensar que todos le estaban creyendo.

- No puedes creerle tío. - dije intentando defenderme. – definitivamente no es lo que piensas, no es lo que piensan. - mi corazón se derrumbó cuando vi a mi madre alejarse a llorar. Debía zafarme de esto e impedir que lo sepa mi abuela. No sé si esto pueda causarle daño. – él pudo haberlo ensuciado solo, sólo para jugarles una mala pasada. No tiene más pruebas que esa. - nadie parecía creerme.

- ¡Tiene tu labial en la boca, por favor, Tessa! - exclamó mi tío. Observé a Jonathan y efectivamente, tenía una leve marca rosa.

Miré a Martijn, quien estaba conteniendo las lágrimas. Si mi corazón ya estaba derrumbado, ahora lo estaba más.

- No pueden creerle - dije con un hilo de voz. Mi madre y Martijn se habían tragado ese cuento. - está inculpándome — intenté seguir - déjenme explicarles.

- No hay nada que explicar, los hechos lo comprueban Tessa.

Todos se distribuyeron en la casa, menos Martijn y Jonathan.
Martijn tenía los puños cerrados y la mirada triste y decepcionada.

- ¿Me dejarías explicarte? - le dije conteniendo las lágrimas. Él bajó la cabeza y negó. Puse mi mano en la boca para no dejar salir algún ruido mientras seguía conteniéndome.

- ¡Eres un maldito bastardo hijo de pu**! - exclamó Martijn tirándole golpes a Jonathan. De sus ojos ya salían las lágrimas y el dolor se reflejaba en lo que le gritaba a Jonathan mientras lo golpeaba. Frases como «lograste tu objetivo, maldito bastardo» «maldito cerdo hijo de pu**»

Busqué a mis primos, quienes de nuevo lograron separarlos. Esta vez, mis tíos acudieron al percance y los ayudaron. Mi abuela mandó a mi abuelo por Martijn y mi tía se llevó a Jonathan.

Derrotada, me senté en el solitario comedor a lamentarme de todo esto. Nadie me había creído.

Me levanté y me dirigí a mi cuarto. Acomodé mi maletita, las pocas cosas que Martijn tenía allí y lo subí al Cobra. Me encerré en mi auto y me incliné en mi asiento. Ahora todos me toman por golfa, nadie está dispuesto a escucharme, ni Martijn. Si él no quiere escucharme, todo esta perdido. Por culpa de Jonathan.

Hasta mi madre salió afectada de esta gran mentira.

Mi celular comenzó a vibrar en el pequeño contenedor del auto. Lo tomé y contesté.

* llamada*

- Theresa - era Martijn. ¿por qué me dice Theresa? Dioses, esto se puso muy grave. - ¿dónde estas?

- Estoy en el auto, es hora de salir de aquí. - dije arrastrando las palabras, para no llorar.

- No te despediste de nadie.

- ¿Crees que alguien quiera despedirse de mí? - dije enojada, pero consternada. - sólo iré por mi abuela.

- Está bien. - le colgué.

* fin llamada *

Me bajé del auto y entré a la casa nuevamente. Intenté seguir sin llorar hasta salir nuevamente de la casa.
Observé a mi mamá sentada en la cocina y en acerqué a ella, abrazándola por detrás. Quitó mis manos y me dolió aún más el alma.

- Estoy por irme mamá. - le dije con un nudo en la garganta.

Sólo me besó fríamente la mejilla y siguió haciendo lo que hacía. Inconscientemente, puse mi mano en mi pecho.
Salí de ahí y me encontré a papá. Ni siquiera volteó a verme. Maldito Jonathan.

- Me voy - le dije para que me dirigiera la mirada. Sólo asintió y al igual que mi mamá, me dio un frío beso en la mejilla. Cada gesto como éste es una maldita grieta en mi corazón.

Caminé hasta la alcoba de mis abuelos. Ellos me recibieron acaloradamente. No sabían nada de lo ocurrido.

- ¿ya te vas mi niña? - dijo mi abuela, yo asentí abrazándola. - cuídense mucho el uno al otro, son muy bonita pareja. - no miré a Martijn, pero sentí su mirada en mí.

- Gracias abue - le besé la mejilla. – te juro que intentaré llamarte seguido. Asintió y ambos salimos de la alcoba en silencio.

Me subí al Cobra en el asiento del piloto y lo encendí luego de que Martij  se subiera.

Empezamos nuestro camino de regreso en silencio. Silencio incómodo. Incómodo y cargado de tristeza y decepción.

Now That I've Found You | Martin Garrix (2T El Chico Del Segundo Grado | M.G.)Where stories live. Discover now