+ Capitulo 4 ×

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- Sí, claro. Está bien. - empecé a sentirme nerviosa.

- ¿Puedes anotarme tu dirección aqui? - me tendió su telefono con una entrada de texto para una nota.

- Claro - tomé el telefono y escribí nerviosa mi dirección. Guardé la nota y se lo regresé.

- Muy bien, - vio el teléfono. - te llevo mañana mis papeles para todo esto. - terminó su frapuchino.

- Bien. - me levanté de mi asiento con mi vaso en mano y fui hacia el bote - ¿Quieres que tire tu vaso? - le pregunté señalando el objeto.

- Si quieres, yo voy a tirar ambos - se levantó y tomó mi vaso y el suyo.

- Oh, gracias. - le dije y fue al bote.

Lo vi regresar y me senté al mismo tiempo que él lo hacía.

- ¿A qué horas puedo encontrarte en tu casa mañana?

- A eso de las diez de la mañana, ya estoy despierta.

- Muy bien, me verás en tu casa a las diez y media. - se levantó - ¿te parece si damos una vuelta? - asentí y me levanté.

- Sólo déjame pagar y te alcanzo en la puerta ¿vale?

- No - se puso delante de mi - yo pagaré, te alcanzo en la puerta - llegó a la caja antes de que yo lo hiciera.

Me parece un acto muy caballeroso que se haya ofrecido a pagar, pero planeaba hacerlo yo. Al fin y al cabo, yo lo invité.

Me dirigí a la puerta y me puse a un lado de ésta.

Martijn se me acercó con una mueca rara con aire juguetón y una pequeña bolsa del lugar.

- No me dejaron pagar, al contrario, me dieron un panquecito de chocolate - con que eso contenía la bolsa - y me dijeron que todo era por cuenta de la casa. - se rió suavemente - no creo que sea buena estrategia de ventas.

- Ni yo. - sonreí.

- ¿Nos vamos? - me abrió la puerta. Podía sentir la mirada y los murmuros de algunas personas en nosotros. Tal vez, la caballerosidad en un hombre es tan escaza, que les resulta extraño ver a un chico siéndolo.

- Claro - salí con Martijn detrás.

Creo que esta salida está saliendo muy bien.

Ya afuera, nos dimos cuenta de que ya era de noche. Cuando entramos a la cafetería, aún era tarde. Habían varias personas caminando a nuestro alrededor contemplando el bello centro de la ciudad y su nuevo alumbrado. Varios edificios tenían luces en sus bases y balcones, haciéndolos ver muy lindos.
Martijn y yo veíamos todos estos edficios mientras nos comíamos el panquecito de chocolate.
Comenzamos a caminar al parecer, "sin rumbo" pero yo iba en dirección a mi Cobra.

- ¿Tienes algún coche? - me preguntó Martijn.

- Sip, tengo un guapo Mustang Cobra blanco. - dije orgullosa de mi blanquito. - Y ¿tú?

- Tengo un guapo Seat Ibiza negro. Es todo una guapura. - dijo también orgulloso de su Ibiza. - ¿tienes el tuyo por aquí? - me dijo mientras volteaba a verme.

- No, pero vamos en dirección a él. - dije medio burlona.

- Ja, ¿en serio?

- Si - vi a lo lejos mi Cobrita, como diez autos más adelante - es más, desde aquí puedo verle.

- ¿Dónde? ¡quiero verlo! - dijo entusiasmado.

- Mira - dejé de caminar - ven aquí, párate donde estoy yo.

Now That I've Found You | Martin Garrix (2T El Chico Del Segundo Grado | M.G.)Where stories live. Discover now