17| Baile, hombres lobo, y heridos.

2.6K 200 6
                                    

17: Baile, hombres lobo, y heridos.



Si no fuera por las gradas, definitivamente diría que este no es el gimnasio, o que en todo caso, un hada madrina pasó por aquí y dejó caer brillantina por todas partes. Sí, lo sé, teoría estúpida.

Como sea, las gradas se han retraído hasta quedar en los extremos del gimnasio, y donde antes estaba el aro de basquetbol ahora hay miles de luces y telas de todos los colores. Definitivamente hicieron un buen trabajo con la decoración. A mi alrededor, la mayoría de las personas bailan, otros están sentados en las mesas y algunos en las gradas. Localizo a Scott allí, por lo que le sonrío y guiño un ojo. Sé que encontrara tiempo para estar con Allison; me sorprendería si no lo hiciera.

—¿Quieres algo para beber?—pregunta Isaac sobre la música. Su cara está de un leve color rosa debido a la miles de luces que pasan por ésta, aunque eso no le quita lo guapo.

—Claro —le grito yo también para que pueda oírme.—Iré a buscar una mesa.

Él asiente con una sonrisa y desaparece entre la multitud. Yo hago lo mismo.

Doy algunos codazos al azar y por fin puedo salir de la aglomeración de personas que decidieron salir a bailar al mismo tiempo. Paso cerca de Allison y Jackson y me es imposible no escuchar su conversación.

—¿Quieres bailar?—pregunta mi mejor amiga.

—¿Debería hacerlo?—pregunta de vuelta Jackson luego de tomar de su petaca.

—Sí —digo metiéndome entre ambos.—, deberías hacerlo. Así que deja de actuar como un jodido borracho con el corazón roto y saca a tu pareja a bailar. ¿Así o más claro?

Jackson resopla pero de todas formas guarda la petaca dentro de su saco y le ofrece su brazo a Alli. La pelinegra me sonríe en señal de agradecimiento antes de irse con el simio de mi ex-mejor amigo.

Continuo con mi tarea de buscar una mesa libre y cuando la encuentro prácticamente corro hacia ella. Mala idea ya que casi me rompo el talón, aunque vale la pena cuando me siento y mis pies tienen un descanso de los jodidos tacones. Ni siquiera sé por qué los compré, seguramente Maddeline (una de mis amigas de Eastwood) debe haber estado conmigo y me ha dicho uno de sus típicos "la belleza cuesta, Lía, así que compra esos jodidos tacones de una vez antes de que decida hacerlo por ti".

Isaac llega con los típicos vasos de plástico rojos que Lydia siempre usa en sus fiestas y me ofrece uno.

—Gracias —digo mientras lo agarro. Doy un sorbo y rápidamente hago una mueca, conteniendo las ganas de escupir el líquido solo porque Isaac está frente a mí. Ahora la petaca de Jackson no se ve tan mal.—¿Qué mierda es esto?

—No tengo idea, estaba en las mesas.

—Ugh —digo pasando una mano por mi boca.—No te recomiendo que hagas eso —le digo a Isaac cuando veo que tiene intenciones de probarlo.

Me animo a decir que lo único que tiene de ponche es el color, ya que sabe cómo si alguien hubiera echado todos los químicos del salón de Harris y luego le hubiera agregado un poco de agua para disimular un poco.

Él, sabiamente, aleja el vaso de su boca y lo deposita en la mesa.

—Buena elección —sonrío.—¿Puedo preguntarte algo?

—Claro.

—¿Por qué aceptaste venir conmigo?

—¿Por qué no? Eres una chica bonita, amable y amigable.

Inevitable | Stiles Stilinski [ 1 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora