Y la llamada termino. Lo siguiente que Lauren escucho fue el teléfono de su casa sonar y a su madre atender. Frustrada, Lauren lanzo su celular contra la pared y simplemente, grito. Grito porque estaba enferma. Grito porque nadie parecía creer que ella podía hacer algo por su cuenta. Grito por que se odiaba. Grito porque era una idiota.
Casi de inmediato llego Clara y la cubrió con sus brazos. Lauren intento empujarla, indicarle que ella podía calmarse sola, pero Clara no la soltó ni un segundo.
Su madre estaba hablando, pero ella no podía escucharla. Solo escuchaba sus propios gritos y una voz en su cabeza que la llamaba idiota.
Se retorció de un lado a otro, llorando y gritando. Intento golpear su cabeza para callar la voz, pero Clara se lo impidió. Enterró sus uñas en la piel de sus piernas, buscando opacar el dolor que sentía en su interior, pero de nuevo Clara se lo impidió. Finalmente comenzó a darse por vencida, y la voz de su madre se hizo presente en su cabeza

Clara: Esto no le hace bien a tu corazón, Lauren.

Y tenía razón. Lauren respiro hondo y conto hasta diez. Si odiaba ser una enferma, debía de eliminar las posibilidades de serlo.

Clara: ¿Estás mejor? –Pregunto mientras apoyaba la cabeza de su hija en su hombro, Lauren aun llorando desconsoladamente.
Lauren: No –Sollozo.

Clara intento calmar a Lauren acariciando su espalda, pero las lágrimas de la chica seguían rodando por sus mejillas.

Lauren: Soy una idiota.
Clara: No, Lauren, no lo eres...
Lauren: No puedo hacer nada...
Clara: Lauren, no digas eso.
Lauren: Soy una idiota, mamá –Suspiro, y el llanto se hizo más intenso.

Clara intento múltiples veces tranquilizar a Lauren, pero todo terminaba igual: en un llanto peor que el anterior. Paso al menos una hora hasta que Clara por fin lograse que Lauren se calmara.

Clara: Piensa en algo que te guste, Lauren. Olvídate de todo lo que tienes por un minuto y piensa en algo que te guste.

Fue allí cuándo vino a su mente la imagen de Camila. Sus ojos achocolatados, su piel bronceada, sus sonrisas, sus expresiones fáciles de deducir, su voz... Todo. Y finalmente una sonrisa se dibujo en el rostro de Lauren. No una sonrisa falsa, en esa donde solo levantaba la comisura de su labio. Aquella fue una sonrisa real.

Clara: Así me gusta, Lauren...
Lauren: Mamá –Susurro, limpiando sus lágrimas y alejándose rápidamente de su madre, sintiéndose incomoda- ¿Crees que puedes dejarme sola un momento?
Clara: Solo si prometes que no te harás daño.
Lauren: Jamás me lo he hecho, mamá –Clara miro las marcas de uñas que habían quedado en la pierna de Lauren y frunció el seño
Clara: No creo que sea buena idea...
Lauren: Mamá, por favor –Susurro.

Finalmente, después de muchos intentos, Clara se vio obligada a ceder.
Lauren se sentó en su cama, limpiando en sus lágrimas, pensando en cómo las manos de Camila la habrían tranquilizado en aquella situación antes de que comenzara.
Su celular comenzó a sonar.
Lauren camino hacía él y lo levanto. La pantalla estaba rota, pero aun podía leer el nombre de quien la llamaba: Ally. De nuevo.

Ally: ¿Estás bien, Lauren?
Lauren: Sí, yo solo... yo solo estoy harta de que esto suceda –Susurro, sintiéndose una completa idiota por lo que le había sucedido. Se sentía una idiota por enfadarse con Ally solo porque esta se preocupaba por su estado. Se sentía una idiota porque estaba acostumbrada a ello.
Ally: Esto no es tu culpa, Lauren. Es malo, sí, pero tienes que aprender a vivir con ello.
Lauren: ¿Cómo puedes pedirme esto si tú jamás te has enfermado?
Ally: Estoy en el hospital la mitad del día, Lauren. He visto a cada persona entrar y salir de acá. He visto como sufren, Jauregui. Y luego los he visto sonreír después... Y cuándo les pregunto por qué lo hacen ellos solo me dicen que no pueden hacer nada mejor –Explico con la voz quebrada-. Y tienen razón, Jauregui... Ellos solo... -Y, sin motivo que Lauren comprendiese, Ally comenzó a llorar al otro lado del teléfono. En el fondo Lauren escucho la voz de Troy tranquilizándola-. Lo siento.
Lauren: ¿Sucede algo, Ally? –Lauren sabía que el hecho de que su amiga estuviese llorando a través del teléfono no era completamente normal. Ally jamás había llorado frente a Lauren. Lauren jamás la había visto llorar. Una vez Lauren le pregunto por qué, y Ally solo contesto "Porque si yo soy fuerte, tu eres fuerte"
Ally: Es solo que...
Lauren: Puedes decírmelo, Ally.
Ally: Es Troy, el... -El llanto se hizo más grande. En el fondo Troy le susurraba a Ally que todo estaría bien. Que no iba a abandonarla- tiene un tumor cerebral, Lauren... y su rango de vida es de...

Pero Ally no pudo terminar su oración, pues el llanto se hizo cada vez más fuerte. Lauren estuvo pegada al teléfono todo el tiempo, dejando escapar algunas lágrimas por sus ojos, sintiendo que su corazón se retraía dolorosamente ante la noticia.
O tal vez frente a algo más grande y grave...
De repente la voz de Troy se escucho al otro lado del altavoz.

Troy: ¿Lauren?
Lauren: ¿Troy? ¿Estás bien? ¿Cuándo lo supiste? –Pregunto, preocupada. Troy era un buen chico, y un gran amigo, y no deseaba que nada malo le sucediera. Sobre todo porque Ally lo amaba, y si perdía a Troy también perdería a Ally. De nuevo estaba llorando.
Troy: Lauren, yo –El intentaba permanecer fuerte, pero su voz también estaba algo quebrada- estoy bien. ¿Me escuchaste? Estoy bien... Lo supe desde hace un par de días, pero Ally acaba de enterarse y... -Suspiro- Tu eres la única que puede entenderme ahora mismo, Lauren.
Lauren: ¿Quieres un consejo, Troy?
Troy: Por favor –Y Lauren reconoció esa voz. Era la voz que ella usaba todo el tiempo. La voz de alguien que se siente enfermo. De alguien que ESTA enfermo.
Lauren: No intentes hacerle sentir a los demás que estás bien. Eso solo te hará sentir mal a ti.

Y sin esperar una respuesta, Lauren finalizo la llamada, colocando su celular al lado y dejando que lágrimas corrieran por sus mejillas desenfrenadamente. Otro ataque parecía acercarse.
Ya se había perdido a sí misma. No quería perder a Troy y a Ally también.
Fue entonces cuando lo sintió.
Primero, un pequeño dolor. Luego el sentimiento de que su corazón era estrujado. La sensación de ahogo. El dolor se hacía más grande.
Cayó al suelo de rodillas, sujetando su pecho, respirando agitadamente.
"No de nuevo, idiota. Por favor, no" Pensaba, como si con eso pudiese detener lo que estaba sucediendo "Inhala, exhala. ¡Vamos Lauren! ¡No es difícil! ¡Hazlo idiota!"
Su corazón era estrujado. Débiles sonidos guturales escapaban por su garganta. Se quedaba sin aire. Las cosas daban vueltas a su alrededor. La garganta le dolía. Las nauseas iban y venían.
"No, idiota. No. Tú no estás enferma. Tú no estás enferma"
Lágrimas corrían por sus ojos, pero ella no se daba cuenta a causa de las miles de malas sensaciones que sentía. El dolor empeoraba con cada segundo.+

Lauren: Mamá –Fue lo último que dijo antes de caer directamente inconsciente sobre el suelo.

La Chica de la VentanaWhere stories live. Discover now