La lista de corazones rotos de Stiles Stilinski

1. Key

Stiles se dirigía a un entrenamiento con la manada, en donde aprovecharía platicar con Deaton sobre algunos encantamientos.

Entonces como si no fuese lo más cliché del universo, un chico de 1.90 y ojos claros se paro frente a su Jeep como si no fuese nada estúpido.

— ¿Qué mierda? —susurró Stiles, perdido y observando a aquel edificio viviente que no despegaba la mirada de su persona.

Como si no fuese más que anormal, ese individuo le mostró una sonrisa ladina.

— lo sé todo.

Su cabeza se puso a trabajar, su rostro ahora era tal y como una hoja de papel.

Lo sabía todo.

Primer corazón roto, primero en la lista de ex novios u algo así.

todo había comenzado con “lo sabía todo”, sacando siempre peores conclusiones y antes de que siquiera lo pensara, no, no era así.

Resumiendo cuentas, Stiles llamó a Scott, Scott vino con la manada, y al mejor estilo de «policía bueno - policía malo» entre todos empezaron un gran cuestionario.

El chico se llamaba Keyn Douglas, y estudiaba en su mismo instituto, incluso habrían compartido bastantes clases juntos más nunca había escuchado su maldito nombre.

Tras unas preguntas sobrenaturales camufladas, se dieron cuenta de que si ese tipo algo sabía algo... no era tan malo.

— ¿qué es lo que tanto dices saber, alcornoque? —pregunto un Stiles cansado e irritado.

— te gusto.

Bueno, eso no era lo que se esperaban.

— eso no es un secreto —se burlo el castaño— chico, realmente no sé de que me ha...

— también me gustas, hace bastante, de hecho.

De un momento a otro la culpa dentro el Stilinski empezó a crecer y sabía lo mal que se sentía no ser correspondido.

Cualquier criatura sobrenatural sabría lo que decía su corazón.

— ¿en serio? Eso es genial.

Mentiroso.

— no sabia que tenias amigos tan sobreprotectores, si quieres salir un día...puedes llamar a mi número.

Al menos en un principio, tal vez fue el karma.

Cuando alguien te amé no lo amarás, pero cuando lo ames... No te amará más, y así fue.

Y nadie lo culpaba, de hecho, nadie está obligado a amar a nadie, no si no eres Stiles.

Fueron meses hermosos, pero no importaba el tiempo, a nadie le importa.

Las cosas buenas se van tan rápido como llegan, y duele, duele como la mierda.