Destrozos del alma© [ IL#1 ]

1. Chico histérico.

—Abby tienes que cuidarte ¿Entendido? —Besa con ternura mi frente—. No quiero que nada malo te pase, ves lo que pasó con... —Se calló abruptamente, y sus palabras quedaron plasmadas en el aire.

—Leo, lo sé. Yo estaba ahí —Le recuerdo y en este instante quiero llorar—. Nick, no te preocupes. Las calles por el lado sur son de esas calles de ricos, están perfectamente cuidadas.

—Solo no hagas una estupidez.

Llevo una mano a mi pecho ofendida. Él ríe y yo también, en la risa también nos acompaña Todd. Le doy un beso en la mejilla a cada uno y camino hacia Adam.

Adam había llegado aquí un año después de nosotros, ya nos habían subido de categoría para entonces, Marck nos clasificaba por secciones. La primera eran robos, si veía que eras bueno te subía de categoría a Alcón, los que observaban todo desde lejos, y así hacía hasta que llegaras a la última fase donde él decidía en cuál te quedarías definitivamente ya sea; corredor, distribuidor, peleador o prostituta. Adam y yo habíamos quedado de corredores gracias a Dios, si no, estaría vendiendo mi cuerpo en uno de sus tantos prostíbulos de California. Por otro lado, Nick era mejor peleador, que era bueno ya que me sentiría mal con un hermano distribuidor de sustancias ilegales.

— ¡Cereza! ¿Dónde has estado? —Pregunta, alza la mano restándole importancia—. No importa, sube al auto que esto se está poniendo caliente. Sabes la ruta ¿Verdad? —Murmura ayudándome a ajustar el cinturón de seguridad. Sonrío hacia él.

—Claro que la sé ¿Cuándo no me he aprendido una ruta? ¡Conozco perfectamente California como si fuera mi patio!

—Abby, tú no tienes patio. —Se burla.

—Shh, es nuestro secreto.

Arranco el auto, mientras me alejo Adam grita algo parecido a un "Estás loca". Me ubico en la línea de salida junto a los idiotas que tengo como contrincantes. El Audi negro que tengo a un lado baja la ventanilla dejando ver a un Peter sonriente, ruedo los ojos.

—Pero que tenemos aquí ¿La pequeña Abby va a competir?

—Se supone que si estoy en este auto, en este lugar, es porqué lo voy a hacer ¿No crees? —Respondí con una sonrisa egocéntrica, suelta una pequeña risita.

—Y tan respondona como siempre. Pero dime ¿Sabes qué esta es una carrera para adultos, no para una niña estúpida cómo tú?

Después de procesar sus palabras, suelto una gran carcajada. Él me da una mirada ceñuda.

— ¿Lo sabes tú? Porqué si no, no entiendo lo que estás haciendo aquí ya que eres un maldito ardido, ya supera que te he ganado más de una vez. —Subo la ventanilla de mala gana.

Sofía alza un pañuelo rojo y lo sacude en el aire, después lo suelta bruscamente, rápidamente arranco el coche siguiendo la ruta perfectamente, según el GPS Peter va en primer lugar. Conforme avanzamos las casas se van haciendo más grandes y bonitas, lo que indica que ya hemos llegado al barrio de ricos. Giro en la calle Norton, rebaso a Peter y una sonrisa se dibuja en mi rostro, el Audi negro me da un pequeño golpe, pero conforme avanzo lo pierdo de vista, en la curva 93 de Shircon siento un golpe bastante fuerte que me hace casi dejar los dientes en el parabrisas.

Oh, Mierda.

El dolor de cabeza es muy fuerte, la toco instintivamente y en mi mano se encuentra una mancha de sangre, recuesto mi cabeza en el volante cerrando los ojos.

Marck me matará.

Jodidamente me matará.

Unos intensos golpes suenan en mi ventanilla, la bajo lentamente y ahí está el idiota que hizo que chocara, perdiera dinero y probablemente ganara una paliza.