28: whisper

1.5K 209 11
                                    

-¿Entonces?

- Ya tiene el dinero. -Respondió su amiga, al otro lado de la linea.

-¿Como? -quiso saber la chica.

-No lo se, sabes como es Roco. Pero ya podemos irnos ¡¿No es genial?!

-Si, si -contestó, no muy entusiasmada- Solo...

-¿Que?

-Nada... -suspiró- ¿Tom y Hanna?

-Hable con ellos hace unos minutos y dijeron que están listos. Solo hay que poner fecha. -explico.

-¿Cuando? -preguntó, mordiéndose las uñas.

-Una semana.

«"Una semana"» Eso resonaba en la cabeza de Alabama.

Si hace unos meses atrás sus amigos hubieran ido y dicho que en una semana se irían del pueblo, no lo habría pensado dos veces. Pero ahora... ahora las cosas eran algo diferentes.

Hacia una hora que había recibido esa llamada de Cindy, donde le comunicó que Roco ya tenia el dinero suficiente como para mantenerse por unos cuantos meses en la carretera, y ahora, su mente era un lió. Por un lado le emocionaba el saber que estaba a punto de vivir uno de sus más grandes sueños y por el otro, le entristecía el pensar en lo que tendría que dejar atrás para hacerlo.

Por qué aunque tratase de que no le afectara tanto el echo de tener que dejarlo, repitiéndose una y otra vez que solo eran amigos, sabía que no era así de simple. Hace unos meses no le habría afectado tanto en pensar el terminar la "relación" que mantenía con el menor de los Dixon, pero, era lo suficientemente inteligente como para saber que ya era demasiado tarde.

Para Alabama hacia un tiempo que había dejado de ser una simple atracción física o sexual lo sentía por él. Cuando comenzó a fijarse en los pequeños detalles que hacían a Daryl ser... Daryl. La forma en la que hablaba, miraba, caminaba, sonreía o mordía su labio inferior e incluso como se veía al estar enojado. Esas cosas empezaron a gustarle de él, y ahí fue cuando supo que estaba jodida.

Se había enamorado de Daryl Dixon.

-Carajo.

Apagó la televisión, enojada de que ningún programa o película que transmitían lograra hacerla distraer un poco. Lanzó el control remoto a su lado, en el sofá blanco de la sala, donde se encontraba sentada y frustrada se paso las manos por la cara; dejando salir un sonoro suspiró.

Se dirigió hacia la cocina para pedir una pizza al número que estaba pegado en la nevera. Tomo el teléfono sobre la isla y marco los dígitos de la única pizzería del pueblo.

Veinte minutos después ya se encontraba bajando las escaleras del sótano, con la caja de pizza en una mano y dos botellas de cerveza en la otra. Al llegar a abajo coloco todo sobre la alfombra azul que había puesto en la punta de cama hacia unas semanas y tomo la laptop sobre su escritorio.

El sonido de la pequeña ventana siendo abierta sonó justo cuando comenzó a buscar una película que mirar en Netflix, avisando que Daryl había llegado.

-Justo a tiempo -hablo sin despegar la vista de la pantalla, apuntando la caja de pizza y las cervezas junto a esta.

-Genial -respondió Dixon, dejándose caer a su lado; robandole un pequeño beso antes de abrir la caja de cartón.

(...)

La risa de la chica resonó en toda la habitación cuando Daryl -quien se encontraba a su lado- se sobresalto ante la escena de la película que estaban mirando. "Paranormal Activity" era film de terror que Alabama había encontrado en Netflix, y ya iban unas cuantas veces que el cazador había tenido pequeños sobresaltos al estar tan concentrado en la trama. Pero al final, cuando la protagonista poseída arroja el cuerpo de su pareja contra la cámara, logro espantar bastante al hombre.

-Solo... -se aclaró la garganta- No me lo espera.

Alabama volvió a reír, con la cabeza apoyada en su hombro.

-Si, claro -respondió divertida- Miedoso.

-Cállate -gruño Dixon, comenzando a hacerle cosquillas.

La joven se retorció de la risa, tirada sobre la alfombra, tratando de alejar las manos del cazador.

-¡O-okay! -chillo entrecortada, con la respiración acelerada y la cara sonrojada- ¡ya! ¡Me rindo! Me rindo...

-Discúlpate -exigió Daryl, quien se encontraba sobre ella.

-No ¿Porque? -se negó, divertida.

-Okay -asintió Dixon, continuado con las cosquillas.

-Okay... Okay -acepto, sosteniendo sus grandes manos- Me disculpó, y retiro lo dicho sobre que seas un miedoso. -musito seria- aunque sea verdad... -susurro lo último.

Daryl gruño y ella sonrió divertida.

-Odiosa -murmuró, escondiendo su rostro en el cuello de la chica.

Alabama lo rodio con los brazos y la mejilla contra su cabello, sintiendo el olor a cigarrillo que el hombre solía poseer.

«Voy a extrañar esto» Penso, dejando escapar un suspiro triste.

Daryl

-¿Que sucede? -susurró contra su cabello, acariciando su brazo desnudó.

La chica se había mantenido en total silencio desde que se metieron a la cama. Ella -como siempre- se había recostado sobre su pecho, mirando a la nada. Y el cazador la conocía demasiado bien como para saber que algo le sucedía.

Si algo había aprendido en ese tiempo juntos, era que si Alabama se mantenía en silencio por mucho tiempo, algo andaba mal.

-Nada... solo -suspiró- la cafetería estuvo muy llena hoy. -mintió- ¿Y ti como te fue?

-Tengo que terminar dos autos para mañana -contó, suspirando frustrado- y el idiota de Frank contrato a un niño que si apenas sabe lo que es una maldita bujía -gruño enojado. Alabama permaneció en silencio.

Dixon bufo, cansado de la extraña actitud de la chica.

-Ya, ¿Que sucede? -quiso saber, separándose un poco para mirarle a la cara.

Ella se reincorporó, sosteniéndose con su antebrazo.

-Dentro de una semana... me iré -susurró, mirándolo algo nerviosa.

-¿Te vas? -preguntó, confundido.

Alabama asintió levemente.

-¿Recuerdas que te conté que quiero recorrer los estados? -Daryl asintió, colocándose de la misma forma que ella- Bueno, mis amigos me acompañaran y...

-Y te iras -susurró para él, mirando sus manos.

-Si...

"Me iré"

¿La perdería? Eso era algo que nunca había pasado por su cabeza. Su "rollo" no sería algo eterno, eso lo sabía pero, el que ella se fuera... eso, eso era diferente.

-¿Volverás? -pregunto por lo bajó, como si temiera a la respuesta.

Y lo hacía.

-En un par de meses, supongo. -respondió ella, con voz suave.

-¿Cuantos?

-No lo se.

Sí, la perdería.

Se movió sobre el colchón, sentándose en la orilla de este.
Miró sus dedos moverse sobre su regazo, dejando salir un disimulado suspiró. Unos segundos después sintió los brazos de la chica rodear sus torso desnudó, apoyando el mentón en su hombro; cerca de su oído, para luego susurrarle...

-Ven conmigo.

Alabama | Daryl DixonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora