The Black Room I ✡ JunHao

OO1

** se recomienda leer con la página en negro **

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Todo el lugar se hallaba en una penumbra inquietante, y los chicos se encontraban reunidos en un semicírculo en el suelo de la sala de la casa de Changkyun; esta vez era su turno de organizar la fiesta de Halloween que se había convertido en tradición para aquel grupo de amigos desde que tenían memoria.

La oscuridad consumía el lugar por completo; todas las luces fueron apagadas en el mismo momento en que el último invitado había llegado para dar comienzo a aquella celebración.

Los padres del anfitrión no se encontraban en casa, ya que habían sido invitados a una fiesta de los familiares de su progenitor. De esta manera, se despidieron en cuanto llegó el primer invitado de su hijo, dejándoles la casa libre para la tradicional celebración que hacían en esta noche.

Eran amigos casi desde que nacieron;  sus padres eran amigos cercanos y luego de terminar sus estudios; jamás se separaron, por lo que se habían convertido en un grupo inseparable. 

El festejo de este día había evolucionado con los años; cuando eran más pequeños jugaban a cosas como verdad o reto y después de salir a hacer truco o trato; al volver,  veían películas de terror hasta el amanecer y hacían retos tan típicos como pintarle la cara al primero que se durmiera. Con el paso del tiempo, ellos al igual que sus intereses cambiaron para dar paso a la curiosidad de unos adolescentes adictos al terror, al morbo y lo oculto. Por eso, el salir a pedir dulces o hacer travesuras, se había convertido en quedarse en casa. En vez de jugar verdad o reto, decidieron comprar un tablero de Ouija y en vez de quedarse viendo películas, prefirieron entrar a las páginas más oscuras de la deepweb.

Esa noche era particularmente sombría, ya que la luna brillaba por su ausencia; haciendo la noche aún más lóbrega de lo que era. Las nubes cubrían el cielo y se dejaba entrever una capa espesa de neblina sobre la superficie del suelo, que incluso opacaba el tenue brillo que daban los focos de la luminaria callejera.

Ya eran las 11:00 pm. Y los chicos esperaban pacientemente mientras miraban el reloj. Habían oído a unos chicos hablar acerca de the midnight man, un creepypasta en el que no creían, sin embargo, siempre quedaba un atisbo de duda, por lo que su curiosidad de comprobar la veracidad de los hecho les  obligaba a querer jugar aquel juego.

En eso que esperaban la hora precisa para dar marcha al ritual de inicio para el juego, a Hansol se le ocurrió contar una historia de terror para poder matar el tiempo, pero nadie parecía asustado con aquel básico relato que parecía más bien el resumen de una película de terror antigua, de esas en donde puedes ver los cables que cuelgan a los monstruos y todo es demasiado predecible.

Así siguió cada uno contando historias que ya eran conocidas por algunos y otras que jamás habían sido relatadas. A medida que avanzaban los minutos, comenzaban a entrar en un ambiente más tenso, por eso algunos ya se encontraban paranoicos con el mínimo ruido que se hacía presente en la habitación, pero ninguno lo admitiría, puesto que, nadie quería parecer un completo cobarde.

—Y entonces después de que Joshua tomó el ascensor y llegó al subterráneo del edificio, lo recordó; su edificio sólo tenía escaleras. — finalizó dramáticamente Jun mientras miraba a Joshua temblar. Realmente fue mala idea pedirle al chino que hiciera una historia con su nombre en ella, sobre todo si él también vivía en un edificio que no poseía ascensor.

El reloj marcó la hora de inicio para el ritual y poniendo todos los implementos, comenzaron con el juego. Golpearon la puerta 22 veces, abrieron la puerta y encendieron la puerta. Estaban un poco asustados por el extraño descenso de la temperatura, sin embargo lo atribuían al haber abierto la puerta y a la fría brisa que se colaba por la casa de alguna manera.  A los pocos minutos de iniciar con el ritual, se oyeron extraños sonidos, que a más de alguno le robó el aliento y más de un grito, cabe decir; sin embargo, grande fue su decepción cuando con la vela alumbraron hacia la ventana y en ella se encontraba Suga arañándola insistentemente para intentar entrar en el domicilio.