—¡¿Y entonces porque no me lo dijiste?! ¿Porque Eliotte? ¡¿Porque dejaste que las cosas llegarán hasta este punto!? ¡¿Porqué?!—volvió a reclamar Alisson totalmente fuera de si, no comprendía porque era que se lo habían ocultado, y más Eliotte. Se suponía que era su amigo.

 —Lo siento Alisson, sabes que te quiero mucho. Pero Evan es mi amigo, no podía traicionarlo de esa manera, él era quien debía decirte. Por favor no seas tan dura con Evan, él te ama y créeme que esta sufriendo tanto como tú.—Alisson soltó una carcajada irónica, que bien pudo haber pasado como tétrica.

—Él no sabe lo que es amar, ni tú lo que es amistad. Si fueras mi amigo no me lo habrías ocultado Eliotte.—dijo friamente y mirarlo como si el tuviera la culpa de todo.

—Sé como te sientes, pero ahora estas dolida. Creo que es necesario que pienses mejor las cosas, con la cabeza fría.—trató Eliotte, inútilmente de hacerla razonar, sabía que Alisson en este momento no sería capaz de pensar racionalmente, por lo que no tomaba muy enserio sus palabras.

—Tú no sabes absolutamente nada, de como me siento Eliotte...y ya que sólo te importa Evan, él se quedo en el garaje —dijo fríamente y luego se dio la media vuelta, dejando a Eliotte con las palabras en la boca, esta vez si estaba dispuesta a irse, aún si fuera posible más destrozada que antes. Y esta vez fue Ian que la tomó del antebrazo.

—Cloe y yo te llevamos.—le avisó y ella no respondió, sólo se dirigió hacía el auto de este, aparentemente la fiesta ya había terminado, y sólo se encontraban ellos en la casa de Cloe. Se preguntó a si misma cuánto tiempo debió de haber pasado después de que estuvo con Evan.

 Iniciaron el viaje en completo silenció, nadie se atrevía a decir absolutamente nada. Eliotte cómo lo había dicho había corrido a buscar a Evan y ambos hermanos la habían llevado a su casa. Alisson estaba sentada en los asientos traseros del lujoso auto, su cabeza recostada en la ventanilla, y de sus ojos aún salían varias lágrimas. Los hermanos eran quienes estaban completamente confundidos, ya que no sabían que era lo que pasaba, se sentían tan fuera de lugar y perdidos, que no se decidían a decir ni comentar nada.

Sobretodo Cloe, que no tenía ni idea de que palabras de ánimo decirle si no sabía que era lo que estaba pasando. Ahora más que nunca odiaba que Alisson fuera así, que nunca pudiera confiar lo suficiente en ella, como se suponía, las mejores amigas que eran. Dejó atrás esos pensamientos egoístas y se limitó a observar por la ventanilla. En cambió Ian, acaba de volver y todo estaba patas arriba. Antes era tan sencillo, todos eran  unos mocosos de 12 años. Alisson tenía un amor platónico hacía él que nunca se atrevió a confesar, a Evan siempre le gustó Alisson pero nunca se atrevió a hablarle, a su hermana le gustaba Evan pero este solía pensar siempre en Alisson. Pero en si, todos esos "amores" eran tan lindos e inocentes. No como ahora que era un desastre.

Ninguno de los tres, jamás había tenido un viaje tan largo e incómodo, aunque realmente sólo habían pasado algunos minutos ya que las casas no estaban muy lejos la una de la otra. A Cloe y a Ian los carcomía por dentro la curiosidad, y Alisson tenía una situación igual, sin embargo ella necesitaba llegar a su casa y aclarar las cosas con su padre. Cuándo estuvieron frente a la casa de Alisson esta simplemente abrió la puerta del carro de Ian, susurró un frío “adiós” y salió disparada a su casa sin mirar a sus amigos, una vez más.

Amor adolescente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora