»Always, Potter [Fred Weasley]«

Capítulo 42: Due Imperium

— ¡No Lily! ¡Mamá dijo que no tenías permiso de hacer eso!

—No le hace daño a nadie—le dice, con su voz aguda saliendo entre sonrisas

—Esto no está bien—Refuta Petunia, dividida entre el asombro y las ganas de acusarla con su madre-— ¿Cómo lo haces?

—Es obvio, ¿no?

Y para esas alturas el pequeño Snape ya no puede detenerse; da un paso hacia el frente, tambaleándose a causa de los grandes zapatos que no lo dejan avanzar tranquilo. Las pálidas mejillas del pequeño Snape se tiñen de rojo al ver a Lily, que permanece en su lugar con la flor abriendo y cerrando sus pétalos.

— ¿Qué es obvio?— le pregunta, frunciendo el entrecejo

—Yo sé lo que tú eres—Infla las mejillas, poniéndose en puntas para verlas mejor— Eres una bruja. Puedes hacer magia

Ambas hermanas se quedan con la boca abierta, asimilando lo que el niño desconocido acaba de decir. Él, a cambio, toma una hojilla de pasto y la hace volar hacia su mano donde ésta se coloca delicadamente. Él le sonríe y Lily le devuelve la sonrisa a pesar de que Petunia no hace lo mismo. Toma a su hermana de los hombros, agitándola

— ¡Eres un monstruo, Lily! ¡Le diré a mamá que eres un tonto monstruo!

Los ojos de la chica se cristalizan conforme los puños de Snape se aprietan. Ahuyenta a Petunia agitando las flores a su alrededor, provocándola correr despavorida. Le limpia las mejillas húmedas a la pequeña Lily mientras le sonríe.

—Está celosa porque tú eres especial y ella sólo es una muggle

Lily frunce el ceño sin saber el significado de esa extraña palabra, pero aun así sonríe, tomándolo de la mano y acostándose sobre el pasto para ver como las nubes forman pequeños navíos...

La imagen se diluye tan rápido que no sé en que momento hemos pasado a otro recuerdo. Harry me sigue tomando de la mano conforme caemos en el gran comedor.

Es una ceremonia de selección a una de las casas. La pequeña Lily está sentada sobre un taburete de madera mientras el sombrero seleccionador la coloca en Gryffindor; el pequeño Snape la mira con ceño, pues sus deseos se han perdido al querer que quedase en Slytherin. Lily le sonríe de lado en lo que camina hacia una mesa larga con un estandarte de la casa frente a ella; se sienta a un lado de un chico con unas enormes gafas y con el cabello azabache alborotado.

Severus hace una mueca mientras es su turno de pasar al banquillo

Todo se diluye una vez más, reapareciendo en uno de los pasillos para ver como el chico de las grandes gafas y sus compinches arrojan los libros de Severus al piso mientras corren despavoridos. Él no dice nada, pero su rostro muestra una gran cólera.

Aprieto la mano de Harry pues la conducta de nuestro padre no es la correcta.

Y luego la imagen se desvanece una vez mas.

Lily y Snape caminan por el patio de la escuela, evidentemente discutiendo. Nos apresuramos en alcanzarlos, para escuchar lo que dicen, aun con nuestras manos entrelazadas. Mientras los alcanzamos, me doy cuenta de cuanto han crecido. Parece que ha pasado un par de años desde el sorteo de las casas.

— ¿... a pesar de que se suponía que éramos amigos?—dice Snape— ¿Mejores amigos?

— ¡Lo somos, Sev, pero no me gustan algunas de las personas con las que te juntas! Lo siento, pero detesto a Avery y a Mulciber. ¡Mulciber! ¿Qué le ves, Sev? ¡Es aterrador! ¿Sabes lo que trató de hacerle a Mary Macdonald el otro día?