Caprichos

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Aguantó hasta que no pudo mas. Lo mordió y comenzó a gustarle. Para ese entonces sólo buscaría panquesitos. Los probó de todos tipos: dulces, amargos, salados. Se convirtió en más que una fan y su cuerpo empezó a cambiar. Se notaba su delirio por la textura suave y esponjosa.
Sintió necesidad de comer más de uno a la vez y buscó otro similar (chocolate amargo esta vez). Se conformó por un tiempo. Dos a la vez se convirtió en algo común y rutinario para ella. Difícil de llevar y ocultar al público.
De alguna manera algo paso. Algo alargado, para variar, no tiene forma de panquesito. Dulce en sus labios y relleno de crema. No sabe porqué, pero ahora busca el nuevo sabor más seguido. Una explosión amarga en la garganta, justo antes de lamerse los labios.

A Primera VistaWhere stories live. Discover now