notas de un profesor joven hacia su alumna. (yoongi)

Nota #83

“Te recojo a las 3:00, aprovechemos que hoy la salida es a las 11:00. Te amo.”

Al finalizar las clases, veo por el rabillo del ojo que ___________ se levanta del asiento y se acerca a mí.
Miro sus ojos y su expresión refleja curiosidad.

—¿Estas bien? –me pregunta y pasa su mano por mi mejilla para luego pasarla a mi nuca y rascarla levemente.

—Creo que sí... –miro sus ojos– Tiene que irnos bien hoy. –musito leve para tomar su mano y acariciarla.

—Nos irá bien. –comenta ella y me da un beso corto en la comisura de mis labios.

Sonrío y me levanto de mi silla para acceder un poco mejor a sus labios.
Y la beso, un beso no tan largo pero tampoco tan corto.

Ella sonríe en el beso.

Al separarme de ella, siento su suave mano apretando una de mis nalgas.
Levanto la ceja de forma divertida y me rio.

—¿Dejaras de tocarmelas algún día? –pregunto entre risas.

—No. –responde divertida.

Luego de unas horas transcurridas, siendo las 2:00 en punto me meto a bañar.
Al terminar, me pongo algo no tan formal ya que iré a ver a mi madre luego de unos largos años.
Solo un ligero jean, una camisa blanca y mis converse negras.

Al terminar de cambiarme, me echo un poco de perfume para que mi  ________  me huela.

Y, me subo a mi auto directo a su casa.

Al llegar a su casa, toco la puerta y nadie sale.
Vuelvo a tocar la puerta y en eso gritan mi nombre.

—¡Yoongi! –grita ______ desde su ventana y me acerco a verla.

Veo solo su cabeza y me lanza una llave.

—Abre la puerta y pasa.

Sonrío y tomo la llave, para luego meterla en la cerradura y abrir la puerta.

Entro y cierro la puerta.

Al entrar, escucho un sonido... Como si agua callese al piso... Esperen, se están duchando.

Subo la escalera y veo la puerta del cuarto de ella entreabierta.
Paso dudando un poco y el sonido de la ducha se me hace familiar...

Sí, está que se baña.

—¡Ya estoy adentro! –grito y me siento en su cama, pero luego me recuesto en ella y miro el techo.

—Esperame bebé. –me responde y cierra el caño de la ducha.

Esta que se enjabona, creo.

Para dejar de mirar el techo, me levanto y me dirijo hacia su ropero y no se como y porqué, pero la abro y reviso con mis ojos su ropa diaria.

Sonrío y la cierro, para luego ir hacia si puerta y tocarla algo leve.

—¿Ya sales? –pregunto sintiéndome algo aburrido.

—Ya salgo, espera. –me responde y vuelve a abrir el caño.

Bueno, a esperarla.

Me vuelvo a sentar en su cama y comienzo a jugar con mis pies y de luego de unos minutitos, sale envuelta en una toalla blanca con el cabello húmedo.