22. Huevoncito (2º parte)

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Hola! Bueno, ya os dije que antes de que terminase la semana colgaría la continuación. Así que me he quedado aquí media noche en vela...si hay faltas o me ha salido floja la historia no me lo reprocheis hasta mañana, ahora estoy demasiado dormida.XD

Nada más, solo avisaros que está estructurado igual que el cap anterior y que la semana que viene estaré de viaje y no podré actualizar. Lo siento, pero os prometo sorpresas a la vuelta ;)

Un besote y gracias!

*Tras explicarle a Martín lo que había sucedido con mi blusa, la situación se volvió extraña. Su desinterés por Lorenzo se convirtió en un repentino interés por estar en cada una de las conversaciones, ponerse estratégicamente entre los dos y recordarle de vez en cuando que su compañera estaba sola. Todo esto en un tiempo de quince minutos, lo que tardó en venir el autobús. Al menos, si quitábamos esa insistencia por convertirse en el centro de los tres, era bastante disimulado. Aunque evidenciaba que algo no le gustaba. Lorenzo, en cambio, seguía la conversación y no parecía molesto por la presencia insistente de Martín, pero si algo sorprendido.

En el autobús, el asunto siguió siendo extraño. Martín me relegó al asiento junto a la ventana, justificándose con que se mareaba. Si no fuera porque nunca le había visto competir con alguien, juraría que era eso mismo lo que estaba haciendo.

Lorenzo comenzó a charlar, hasta su compañera estaba metida en la conversación, pero a mi compañero se le veía poco dispuesto. Se levantó para ir a no sé donde y volvió a los pocos segundos con un periódico, el cual extendió frente a él, rompiendo cualquier conexión con el resto del autobús. Para ambos.

—Tío, estábamos hablando con Alicia —dijo Lorenzo, ya un poco ofuscado.

—Perdón, no me había dado cuenta —mintió con una sonrisa.

—Ya, pues podrías apartar el periódico un poco.

—Creo que no —se negó, volviendo su atención a las páginas de diario. Lorenzo se fue a quejar hasta que el dedo índice  de Martín le mando callar en un gesto—. Mira, quizás tu estés muy fresco pero yo estoy agotado de trabajar. Y para colmo nuestro superior te ha mandado darme los informes que no he tenido tiempo de pasar, así que este rato es el único que voy a tener libre hoy. Tiempo libre que voy a aprovechar en “actualizar mi creatividad”. Ahora, si no te importa…— Volvió al periódico sin admitir más quejas.

Levanté ambas cejas por el asombro. Si lo veía no lo creía. Oí una queja irritada de Lorenzo y me percaté de una sonrisa camuflada en Martín.

—Ya te vale —espeté en voz baja.

En la mansión siguió marcando territorio hasta que nos quedamos solos. Fui directa a mi habitación sin decir una sola palabra. Llamé a Lola, pero nadie contestó, entonces caí en que como el bus se había retrasado, ella y Esteban estarían ya en el comedor cenando. Me tiré en el sofá para dejarme ir por el sueño aunque fuera un rato. Estaba tan cansada de repente. No bajaría a cenar, me quedaría ahí intentando dejar la mente en blanco. Al menos hasta que una servilleta de bar cayó sobre mi. Tendría cara. No podía ir en serio. ¿Después del numerito del bus? Incorporándome vi su silueta perderse en mi cuarto. Ya podía ponerse cómodo para esperarme. Volví a cerrar los ojos, pero esta vez noté ceder levemente la estructura del sofá al poyarse algo en el respaldo

—Lo has escrito —oí junto al ruido de la servilleta hondeando sobre mi nariz—. No seas perversa, me duele el cuello.

—Eso era antes del numerito que has montado esta tarde —respondí,  abriendo los ojos.

—No tengo ni idea de que hablas —dijo indiferente, encogiéndose de hombros.

Achiné tanto los ojos de puro enfado que casi los tenía cerrados. Sin ganas de oír excusas me levanté del sofá para dirigirme al cuarto. Una ducha y el pijama harían de mi una persona nueva. Agarré lo necesario del armario, bajo la atenta mirada de Martín, que permanecía apoyado en el sofá del salón. Si seguía esperando el masaje prometido era un iluso. Y había pensado muchas cosas de él desde el primer día que lo conocí, pero nunca que fuera un iluso.

Mi mejor oportunidad (editando)Where stories live. Discover now