Capítulo diecisesis.

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"Él nunca te verá llorar, finge que no sabe que él es la razón por la que tú te estás ahogando."


Por más que lo intentaba, no lograba borrar la imagen de la mujer desnuda de mi cabeza, cosa que solo lograba hacerme sentir más enferma.
...
Terminé la primera parte del trabajo yo sola—la cual era hacer un listado de lo que te agradaba y te desagradaba de tu pareja, lo acabé como pude, y tal vez mentí en algunas cosas de Justin, porque no tenía la menor idea de lo que lo gustaba y lo que no le gustaba de mí. Como sea, era su problema no el mío, yo no iba a perder está calificación solo porque él haya estado follándose a una chica cuando debería de haberme ayudado con esto.

—Regresaste pronto—dijo Lorette entrando a mi habitación, como si toda la alegría del mundo la tenía ella.

—Hubo cambio de planes. —le respondí, me levanté de mi escritorio y me recosté en mi cama. Estaba agotada, y aun me faltaba terminar con los deberes de Algebra.

—Tu padre llamó. —dijo ella. —___________, creo que es hora de hablar de esto. Tu padre y yo te hemos dado tiempo, porque entendemos que puede ser doloroso, pero necesitamos saber…

—Simplemente no quiero hablar de eso, ¿de acuerdo? Mi madre no me quería y ya, ¿vale? No importa.

—Sé que te importa. —trataba duramente de no quebrarme en este momento. Pero cada vez parecía ser algo más difícil. —Pero no te queremos presionar, cuando estés lista, nosotros lo estaremos. A parte de eso, mañana tu padre tiene una cena del club, ¿no te parece que deberíamos acompañarlo y apoyarlo?

—Que lo acompañe su esposa. —murmuré, tratando de cerrar los ojos para quedarme dormida y evadir esta conversación.

—Adele…ellos se están divorciando, __________. —confesó, abrí los ojos de golpe y fruncí el ceño realmente extrañada. Digo, no es que pensara que su matrimonio iba a durar algo más de dos años, pero realmente era una sorpresa. —Quiere que estemos con él.

— ¿Estemos? ¿Desde cuándo te llevas tan bien con papá?—pregunté, y sus mejillas se tornaron rojas.

Eso era señal de que algo estaba pasando entre ellos dos. Y por mi bien, no quería descubrirlo.

{…}

Mi tía me había obligado a meterme dentro de un vestido rojo, con él cual me veía jodidamente ardiente, sus palabras no las mías. El vestido me llegaba cuatro centímetros arriba de la rodilla, y era todo apretado arriba, pero se dejaba caer suelto desde la cintura.

Tenía que confesar que entre todos los vestidos que he usado, este es mi favorito.

Lorette estaba en al asiento del copiloto, y mi padre iba manejando el auto. Los audífonos hacían que no escuchara la conversación que estaban teniendo. Le puse pausa a mi iPod, para escoger otra canción, pero la curiosidad me ganó y me quedé escuchando su conversación.

— ¿Cuándo le vamos a decir?—preguntó mi padre, sin despejar su mirada de la pista.

—Cuando esté lista, tenemos que solucionar el desastre que ha dejado su madre primero y después nos encargaremos de esto.

—Te amo, lo sabes, ¿no?

—Te amo también. —le respondió Lorette.

Estaba a punto de vomitar enfrente de ellos.

Realmente, ¿Qué esperaban para decirme todo esto? Y algo me dice que no han empezado hace poco con su relación.

Entramos al comedor del club, donde sería la cena de los socios, había un ciento de personas, todas elegantes y con una copa en su mano.

Mi padre me presentó a miles de empresarios que eran sus amigos, solo respondía con una sonrisa y un “Un placer conocerlo”, llevaba a aquí menos de una hora y ya me estaba muriendo del aburrimiento.

—María, ¿Qué haces aquí?—preguntó una voz masculina a mis espaldas, pero viendo por el apodo ya sabía quién era.

—Caleb—depositó un beso en mi mejilla, sonriendo de oreja a oreja.

—Eso no es justo, María, estas opacando a las demás chicas, todas quieren matarte en este momento,

Viré mis ojos, y no pude evitar sonrojarme, ese era el primer cumplido lindo que recibía de parte de alguien que no sea Lorette y mi padre. Ya que los comentarios de Justin, no contaban como cumplidos realmente.

—Hola Caleb, ¿Cómo estás?—un hombre no muy maduro, saludó a Caleb.

—Señor Bieber, es un placer verlo. Le presentó a _________ Buckner, estudia conmigo y con su hijo.

—Señorita Buckner—me saludó—Soy Jeremy Bieber, un placer conocerla, su padre es un excelente hombre.

—El placer es mío—le respondí.

—Hola Caleb, hola __________—Justin se unió a nuestra conversación, y era realmente raro escucharlo decir mi nombre.

—Los dejó muchachos, diviértanse. —se despidió el Señor Bieber, antes de alejarse.

—Adiós chicos—me despedí, porque no planeaba quedarme conversando animadamente con Justin después de lo que pasó. Era muy incómodo para mí por lo menos.

—Bunny espera—Justin me detuvo, cuando volteé, ya no había más Caleb.

— ¿Qué?—pregunto.

— ¿Podemos hablar?

Salimos al jardín del club, había solo unas cuantas personas intercambiando risas, sentadas en las camillas de la piscina. Esto era tan incómodo.

—Siento lo que viste, yo pensé que llamarías antes de venir, y como no llamaste pensé que lo dejaríamos para otro día, así que…

—Te follaste a una chica—terminé la oración por él. —Es gracioso como las personas decían que habías cambiado. Porque no lo has hechos, sigues siendo el mismo chico que cambia de chica como si se tratase de calcetines.

— ¿Y? No es que sea tu asunto, es mi problema. No eres nada mío como para reclamarme. —se quejó, sonando realmente enojado.

—No te estoy reclamando nada—me defendí.

—Seguro. Mira bunny, estas realmente caliente, y eres muy sexy. Pero apuesto a lo que quieras que aun eres virgen, no te acostaras conmigo hasta que pase mucho tiempo y un hombre tiene sus necesidades, no me puedo pasar todo el tiempo que te conquisto en abstinencia.

Estaba a punto de darle una fuerte bofetada para borrar la sonrisa que marcaba sus labios.

—Tienes razón, porque si sigues esperando a que llegué el momento en que me acueste contigo, eso que tienes entre las piernas, ya hubiera dejado de funcionar.

— ¿Qué?—preguntó confundido.

—Que no me voy a acostar contigo ni en mil putos años, ¿me entiendes gilipollas?

Le di un fuerte rodillazo en su entrepierna, Justin cayó al suelo y comenzó a gemir de dolor.

10 things i hate about you.Where stories live. Discover now