Capítulo siete.

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"El curso del verdadero amor nunca se ejecutó sin problemas" —William Shakespeare.



Podía adivinar que era la única del grupo que estaba viniendo por primera vez a una fiesta de universitarios. Probablemente, esta es la única fiesta a la que he venido sin que alguien me haya obligado. Gran avance. Nunca había sido fanática de las fiestas, porque lo único que había era alcohol, sexo y bailes calientes que técnicamente es sexo con ropa así que se queda solo en sexo y alcohol.

Cuando entramos al lugar, la mayoría de personas se encontraban en la parte trasera de la enorme casa. Esta debía ser una casa de fraternidad. Algunas parejas se encontraban cerca a las escaleras. Una pelirroja tenía sus piernas enredadas en las caderas de un tipo alto y rubio, las manos del chico se encontraban sin ninguna censura en el trasero de la chica. Fue ahí cuando me di cuenta que la mayoría de chicas se encontraban con un short y la parte de arriba solo cubierta por un bikini. Busqué a mi alrededor a Jazzy, Justin, o a cualquiera de los chicos, pero los había perdido entre el tumulto de personas acumuladas.

—Bonito trasero —me dijo un chico moreno sobre la música. Sus amigos que lo acompañaban rieron no sin despegar su sucia mirada de mi cuerpo.

—Que te jodan —dije mostrándole mi dedo medio.

Sí, absolutamente esta había sido una mala idea. Divisé el cabello castaño y semi rubio de Justin. Me estaba acercando a él, hasta que me percaté de las manos que estaban alrededor de se cuello. Cambie de dirección alejándome completamente de él.

—Entonces… ¿Cómo esta la fiesta? —Caleb pasó su brazo por encima de mis hombros.

—No podría estar mejor —dije fingiendo una sonrisa.

—Gracias por no haberle dicho a los chicos sobre el accidente, me hubieran jodido el resto de mi existencia. Gracias.

—Ya te dije que no fue nada —mentí. Oh dios, claro que había sido mucho. Me había hecho ir semi desnuda en una moto con el imbécil de Justin, obligado a tener la charla de sexo con Lorette y que Justin se haya metido en mi cama. Pero me guardé los detalles para mi misma.

— ¿Quieres algo de tomar? —preguntó Caleb mientras comenzaba a caminar con un sentido.

—Esta bien —respondí.

Llegamos hasta la mesa donde se encontraban las cajas de pizzas vacías, y las miles de botella de licor y sodas. Caleb saco dos vasos de enorme torre, y vertió en este hielo, para después agregarle un chorro de líquido transparente de una de las miles de botellas, con toque de limón. Él me extendió el vaso, el cual recibí. Le di un pequeño sorbo, el líquido quemo por mi garganta pero cuando dejo de quemar, fue delicioso. Si eso es posible.

Pero al segundo trago que di, el ardor no fue tan fuerte y comencé a agarrarle gustó. Antes de que me diera cuenta ya había terminado el trago. Caleb estaba buscando con la mirada a alguien, supongo que algún conocido o a los muchachos. Lo mire tímidamente cuando de dio cuenta que lo estaba observando y me sonroje.

—¿podrías darme otro trago de ese que me diste? —pregunte tímidamente mientras un calor feroz apareció por mi cuello y fue subiendo hasta mis mejillas.

—claro —me dijo un poco sorprendido, pero luego comenzó hacer el mismo proceso— la verdad es que el que te di no era tan fuerte, ¿quieres qué te lo ponga un poco más fuerte? —preguntó dudoso.

Asentí lentamente, estaba en una fiesta y todos estaban tomando así que no le encontraba gracia rechazar la oferta de Caleb. Que se jodan todos. Cuando él hacia el trago y agregaba más de del líquido transparente sentí un punto de presión en mi cabeza y di media vuelta. Justin me estaba mirando intrigado con la asquerosa tipa encima de el como sí una garrapata se tratara.

Lo mire desafiante mientras tomaba el trago que me daba Caleb y sin hacer ni una mueca ni quejarme lo vacíe en mi boca todo mirándolo fijamente, él río un poco por lo que hice y se encogió de hombros antes de volver su atención a la chica que estaba comiendo su cuello.


{4 horas después}


Estaba en la mesa con un poco de chicos al rededor, la adrenalina estaba corriendo por mis venas, cuando la chica en su micro traje de baño hizo la señal de partida moviendo sus asquerosas tetas grandes. Cuando hizo la señal comencé con el ataque. No se cómo pero me había metido en medio de un concurso de chupitos y estaba tomado todo los vasos de la mesa. Sólo el líquido transparente, sin la soda o el limón. Era gracioso su nombre. Vodka.

Seis chupitos y ya había ganado la competencia. Estaba celebrando con otro trago más con los chicos de la fiesta que se volvieron muy simpáticos de repente, cuando sentí unas manos en mi cintura alejandome de mi nuevo grupo de amigos.

—oye ¿qué te pasa? —le pregunte a Justin quien era la persona que me alejó de los demás— me estoy divirtiendo con mis nuevos amigos —arrastre las palabras inevitablemente y produjo que me diera un ataque de risa.

—mierda, estas más borracha de lo que pensé —dijo con preocupación.

—no es cierto —dije volviendo a arrastrar las palabras causando que me riera. Otra vez. Vale, tal vez estaba solo un poquito borracha.

—matare a Caleb por descuidarte —dijo apretando la mandíbula. Fruncí el ceño. Mi tía siempre dice que sí apretar la mandíbula te saldrán pómulos raros.
Lleve mis manos a su mandíbula para relajarla. Justin me miro sorprendido y aparto sus manos de su mandíbula. Le hice un puchero y el negó con la cabeza.

De repente sentí frío. Y la única solución que encontré fue restregarme en Justin porque por alguna razón el irradiaba calor.

—no es su culpa —le dije— el solo quería hacerme divertida.

—no hagas eso —me dijo.

—¿hacer que? —pregunte apretando mi cuerpo en el suyo. Pude sentir como mis senos se rozaban con su pecho.

—eso —gruñó con la voz ronca— ¿sabes qué así hacen las mujeres para excitar a los hombre?

—¿así? —pregunte vagamente y haciendo cara inocente mientras me restregaba más. Tenía una vaga idea de lo que decía pero con todo el alcohol en mi cuerpo no podía pensar bien con la cabeza. Sólo pensaba con el cuerpo— ¿y qué tal lo hago? —pregunte restregandome.

—esta funcionando —dijo aún con la voz ronca. Pero luego me alejó despacio agarrándome por los hombros, yo lo mire confundida y aunque no se porque, decepcionada.

Soltó mis hombros y saco su teléfono celular y comenzó a marcar a un número para luego colocarlo en su oreja.

—mierda Jazzy, ________ se volvió loca y esta borracha —lo escuche decir— matare a Caleb, tengo que encargarme de esto, váyanse ustedes, yo buscare mi auto, si. Esta aquí, nos vemos en casa —y colgó.

—¿era Jazzy? —pregunte mirándolo con confusión. Todo era confuso, divertido y caliente.

—si, ya tenemos que irnos —dijo agarrando mi brazo— Jazzy, el idiota de Caleb, Logan y Matt ya se van, nosotros también tenemos que irnos.

—¿por qué? —pregunte queriendo hacer un berrinche
— no quiero irme —dije haciendo un puchero.

—pues no me importa, vamos.

—¿y en dónde nos vamos a ir si no veo a los chicos? —busque excusas inútiles.

—nos vamos en mi auto —dijo serio mientras me llevaba al estacionamiento y me alejaba de la fiesta.

—tu no tienes auto, tienes una moto —le dije como sí fuera estúpido— y si tuvieras ¿cómo la harías aparecer de repente?

—un amigo vive cerca, el lo tiene me lo dará —dijo aún serio. Justin serio era aburrido, me gustaba más el Justin que le encontraba doble sentido a todo.

Resople, ¡ja! Y yo era la que era amargada.

—entonces mientras tu amigo llega ¿puedo ir y buscar algo de tomar? —implore. Justin suspiró y negó con la cabeza.

—absolutamente no —dijo. Ya habíamos llegado al maldito estacionamientos y Justin se alejó de mi por un momento para llamar a su queridísimo amigo, que ahora yo odiaba mucho.

—genial —resople en un murmullo mientras veía un auto negro y clásico, era hermoso, de mi clase de autos, si papá quisiera comprarme uno, escogería uno igual.

Fui hasta el y comencé a detallarlo, vaya... La verdad me gustaba mucho, era perfecto. Sonriendo grande y sin medir antes, tome la decisión de sentarme en él, obviamente encima, ya que no tenía llave.

—¿qué diablos estas haciendo? —preguntó Justin mientras de acercaba a mi. El ahora era muy mandón.

—este auto es genial —le dije ignorante lo que había dicho. Justin frunció el celo y se acercó hasta donde estaba.

Me miro intrigado y coloco cada mano aún lado de mis piernas, Justin era muy alto, a pesar de dónde estaba su cabeza estaba al frente de la mía.

—¿te gustan los autos? —preguntó un poco sorprendido.

—este si —le dije sonriendo grande.

No se sí fue el alcohol o las hormonas que recién estaban dando señales de vida que hicieron que abriera las piernas para que Justin se metiera entre ellas. Tenía la necesidad de sentirlo cerca.

—¿qué diablos estas haciendo? —preguntó con su voz más ronca.

—acércate quiero contarte un secreto —le dije traviesa. Sonaba infantil, lo sabía pero el era al igual de yo de idiota que por curiosidad se acercó mucho.

Entonces todo paso muy rápido.

Su boca callo sobre la mía y yo lance mis brazos por sus cuello atrayéndolo más, necesitaba tenerlo más cerca, pero maldita sea, tenerlo más cerca era imposible. Justin casi me levanta para profundizar el beso entonces yo enrede mis piernas en su cintura mientras el colocaba sus brazos alrededor de mi cintura.

Yo era una inexperta total pero cuando escuche un gemido supe que no lo hacía tan mal. Su lengua quería entrar en mi boca y yo la deje entrar, haciendo que el descubriera con movimientos eróticos cada rincón de mi cavidad bocal.

Oh Dios, hasta gemí.

El beso sabía a una mezcla de alcohol, excitación y el maldito exquisito sabor de Justin que me estaba volviendo cada vez más loca.

Estábamos jadeando cuando nos separamos por falta de aire.

Creo que todo el alcohol de mi organismo o la mayoría desapareció cuando me di cuenta de lo que acababa de hacer. Vale, tal vez yo no fui quien se tiró encima de Justin, pero lo provoque.

Estaba roja y Justin me miraba con una intensa mirada que sentía mi pecho acelerarse más.

—eso fue —dijo entre jaleos— ¿segura qué eres virgen? —preguntó en un gemido— demonios, eso fue muy caliente.

—gracias supongo —dijo también jadeando. Era cómo sí fuésemos corrido un maratón— pero no se volverá a repetir —dije de repente.

—oh vamos. Esto te gusto tanto o más que a mi —dijo seguro de sí mismo.

—puede, pero eso no significa que me vaya a besar con un capullo como tu «otra vez» —dije de repente molesta. Justin tenía las mejillas coloradas y no creo que fuera por el sofocante beso que nos dejo sin alma. El estaba enojado.

—mira quien habla —escupió— la misma chica que no ha ido nunca a una fiesta, es tímida, buena estudiante, dice no importarle nada pero cuando toma alcohol —sonrió hipócritamente— se vuelve una total mujer escurridiza y fácil.

—¿qué? —dije con voz quebradiza. Aunque me quisiera hacer la fuerte, eso había dolido— tu no sabes nada de mi —prácticamente grite—¿alguna vez pensaste que tal vez mi vida está jodida? ¿Qué la única que tengo es a mi tía porque mi madre murió? ¿Qué mi papá se volvió un completo extraño desde que se casó con una víbora que sólo quiere su dinero? ¿Qué ese fue mi primer beso?

Genial, lo había dicho, lo había jodido todo. Justin se quedo en blanco por un momento, y me sentí realmente estúpida, al menos podría culpar a la borrachera.

—¿era tu primer beso? —preguntó totalmente serio y negó con la cabeza— lo siento yo, si soy un capullo y no tendría que haber merecido tu primer beso. Aunque tampoco creo que un idiota como Caleb lo mereciera, pero el punto es que lo siento, he sido un idiota y un insensible.

Que Justin se disculpara por besarme era algo... Fascinante. Reprimí una sonrisa mientras lo miraba. El era lindo cuando lo quería.

—esta bien —acepte sin pelear. Eso era extraño respecto a nuestra rara relación— deberíamos irnos.

—si, supongo —asintió— mi amigo ya debe de venir, será mejor que... Ya sabes, te bajes del auto y eso, y quitar tus piernas de mi cadera; no quiero decir que no me guste, porque maldición es muy caliente pero, pero ya sabes tengo que...

—claro —le dije quitando mis piernas sonrojada. Quería a acabar con este momento tan humillante. Era incluso más humillante que la gran charla de sexo

10 things i hate about you.Where stories live. Discover now