Capítulo 5: Debut, victoria y cocacola derramada

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–Vas a salir titular–anunció Ángel mirándome mientras me aplicaba un poco de crema en el chichón

–¿Yo? Pero si acabo de llegar y...

–Estoy seguro de que lo harás bien.

Asentí y él se fue.

Salí al campo y Amil se acercó.

–¿Qué te dijo Ángel?–preguntó

–Soy titular.

–¡Choca esas cinco!

Reí. Ella se fue para seguir con su calentamiento y yo me coloqué en la portería para estirar.

Miré hacia la grada. Allí estaban Saúl, Luna, Koke, Isa, los hermanos Hernández, Oblak, Yannick y Antoine, que me estaba mirando. Yan y Antoine ya habían hecho las paces.

Me moví incómoda y cambié de pierna. Ellos jugaban al día siguiente en el Calderón.

Tras un calentamiento intensivo bajamos al vestuario a cambiarnos.

Me puse mi sudadera, con el número trece y esperé a Amil, que se peleaba con la camiseta con el dorsal número 7.

Tras saludar al otro equipo nos colocamos para empezar.

Durante los quince primeros minutos apenas llegaron a mi portería.

Amil puso el uno a cero en el marcador desde fuera del área. Un gol de esos que solo los Griezmann saben hacer.

El dos a cero lo puso también ella en un contraataque que metió de vaselina.

Fuimos al descanso con esa ventaja, y todo parecía favorable.

En el primer minuto del segundo tiempo derribaron a Amil en el área, y escuché a Yan gritarle al árbitro que no era solo amarilla.

Amil tiró el penalti e hizo el tres a cero.

La ocasión más peligrosa que hicieron ellas fue una falta al borde del área. La tiradora tenía un estilo muy parecido al de Yannick, así que seguí el consejo de Oblak y supe que tiraría ella y abajo.

Me tiré y solventé el balón sin problemas.

El partido acabó con ese resultado, sin nada más destacable.

Amil se llevó el balón orgullosa, y se acercó a la grada para besar a Yannick.

Juntas nos fuimos al vestuario.

–¿Vienes a tomar algo con nosotros?–preguntó sonriendo victoriosa tras conseguir sacarse las botas a la primera

–Vale. ¿Me lleváis? No me apetece ir en moto.

Amil asintió.

                                (...)

–¡Qué partidazo, porteraza!–Saúl me abrazó

–No tuve mucho trabajo–murmuré

–Esa falta que paraste fue muy bueno–sonrió Oblak

–La chica tenía el estilo de lanzamiento de Yannick, solo seguí tu consejo.

–¿Cumplido o insulto?–preguntó Yan, dejando de besar a su novia por un segundo

–Cumplido–reí

–Vas a derramar la cocacola de Noa con el codo–le reprendió Théo a Lucas

–¿Quién es el mayor y tiene más idea de lo que hace?

–El mayor tú pero lo de tener más idea...

Reí y Lucas me abrazó.

–Buen partido.

Perfect strangers {Griezmann}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora