Capitulo 15

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Hoola, como están? espero que bien, les pido disculpas por haber desaparecido pero quiero que sepan que no los he abandonado así que aquí estoy de nuevo, les quería avisar que si bien no podre actualizar todos los días voy a hacer lo posible por estar actualizando un poquito mas seguido, y pedirles que tengan un poco de paciencia si demoro demasiado porque tengo que seguir escribiendo, bueno eso era todo espero que me entiendan y les pido perdón de nuevo, en fin les dejo disfrutar de su capi :) .

CAP 15

                         Al mirar el reloj me di cuenta que me quedaba 45 minutos. Ahora no tenía que pensar en arreglar mis problemas con Macy. Cerré mi portátil y me dirigí al baño para tomar una ducha, luego me vestí con un traje de color azul, era algo elegante. Me eché un poco de mi perfume, y me dispuse a esperar que se hicieran las 8.p.m.

                         Me preguntaba como iría Sophie a nuestra… ‘’cita’’. Ya sé que le dije que no iba a ser nada especial. Pero esto era muy importante para mí. Ojalá que esta noche pudiera aclarar todo lo que siento por ella.

                         Para matar el tiempo,  me acomodé sobre el gran sillón de mi living color bordo, y me dispuse a encender la TV.  ‘’Genial’’ pensé. Estaban dando un partido de futbol.  Estaban jugando Jacksonville Jaguars contra New England Patriots. Mis equipos favoritos.

                         Después de entretenerme durante 15 minutos con el partido, decidí ir a buscar a Sophie. Apagué la TV. Cogí las llaves de mi Mustang y me dirigí rumbo hacia la casa donde vivía mi gran enamorada.

                         De pronto comencé a sentir una mezcla extraña de emociones. No sabía cómo saldría todo esta noche. Sentía nervios, ansias. Ansias de verla. Seguro debe de estar hermosa. Aunque ya lo era.  Fui lo más rápido que pude. Sin exceder el límite de velocidad claro.

                         Finalmente llegué hasta la casa de Sophie. No sé porqué pero una vez más sentí esa maldita sensación tan extraña. Iba a bajarme del coche para ir hasta ésta y llamar a la puerta, pero justo en ese instante la vi acercarse hasta donde me encontraba yo.

                         Se veía simplemente hermosa. Se mostraba muy delicada con ese bellísimo vestido color lavanda. Después de quedarme perdidamente mirándola, atraído, como un insecto cuando ve una luz resplandeciente, como el colibrí cuando encuentra su flor, es… simplemente una belleza. Y me siento el hombre más afortunado del mundo.

-          Hola. – decía sonriente después de subirse al auto mientras me miraba con una sonrisa que prácticamente iluminaba todo su precioso rostro.

-          ¿Cómo estás? Te ves hermosa. – un pequeño tono rojizo se reflejo sobre sus mejillas. Como ese rojo suave que ves en las muñecas.

-          Bien ¿Vamos? – podía notar lo tranquila que estaba a través de su voz que sonaba tan suave y me transmitía tanta paz.

-          Vamos – le contesté mientras le daba marcha al motor que hizo un rápido rugido para minutos después comenzar a andar.

       Durante el camino estuvimos conversando de todo un poco. Nuestra relación cada vez iba tomando un rumbo más especial. Ya no era como hace unos meses que vivíamos peleando. Ahora uno escuchaba al otro, reíamos, nos hacíamos bromas, en fin. Todo iba bien…demasiado bien.

       Al llegar al restaurante, me dirigí enfrente donde encontramos un lugar desocupado, después de unos minutos nos bajamos del coche y nos encaminamos hasta la entrada del lugar. 

       ''Asiana Gardens´´  mi restaurante preferido. A veces venía aquí con Macy.  A ella siempre le gustó presumir ya que es un lugar donde viene gente de alto nivel. Pero yo amaba la comida de ese lugar. Además soy amigo del dueño.

-          ¿Te sientes bien? – le pregunté una vez ya sentados en una mesa que yo había reservado al notarla algo incomoda. – no te noto muy a gusto.

-          No, no es eso. Es solo que… no estoy muy acostumbrada a ir a lugares así, pero es lindo.

-          Me agrada que te guste.

-          Disculpen- dijo un mozo que se nos había acercado. – Buenas noches. Aquí les dejo la carta para que decidan lo que van a disfrutar esta noche. – mientras decía esto, pude notar como miraba fijamente a Sophie. Eso no me agradó

-          Muchas gracias. –le contesté fríamente sin sacarle los ojos de encima. El joven al notar mi rígida mirada se tensó y se retiró hacia una mesa que se encontraba detrás de nosotros. Al volver mi cara hacia Sophie  la note con su rostro relajado observando la carta. Al parecer no había notado el momento de tensión de hace unos segundos.

-          ¿Ya decidiste que quieres cariño? – ella me miró con un extraño gesto como si le hubiera resultado extraña mi adulación y luego me regaló una sonrisa.

-          No lo sé. Hay tanta variedad de platos exquisitos. Pero… son muy caros.

-          Sophie… por favor…  yo invito, no tienes que preocuparte por eso hoy.

-          Es que… - la interrumpí

-          De verdad… no quiero discutir esta noche. Por favor.

-          Ok. ElijoCocciolette

-          Cocciolette buena elección bella signora, yo elegiré  Creste de galli. – Posteriormente a elegir nuestros platos, llamé al mozo que se encontraba rondando cerca de nosotros. Se acerco lentamente con un tono inquietante en su rostro.

-          Bien. ¿Qué desean? – Sophie abrió la boca para comenzar a hablar pero yo me le adelanté.

-          La señorita va a cenar Cocciolette y yo Cresta de galli y también me gustaría una ensalada Cesar para acompañar. Y un  Cheval Blanc, por favor.

-          Enseguida les traigo su pedido. – dijo fríamente y se retiró.

-          Qué extraño. hasta hace unos instantes el joven parecía estar de buen humor. – decía Sophie con algo de confusión en su rostro.

-          Si. Parecía estar un poco tenso. – un silencio nos invadió por unos segundos hasta que Sophie lo rompió.

-          Asique… Parece que este es uno de tus lugares preferidos ¿no?

       Solté una pequeña risa.

-          Si. Es uno de mis restaurantes favoritos. El dueño es amigo mío.

-          Oh. Qué bueno.

-          Si… aquí… solía venir con mi novia.

-          Oh. La debes extrañar mucho ¿verdad?

-          Si. Bueno. Creo que eso ya es cosa del pasado.

-          Vale. Mejor no hablemos de ello. – luego de unos minutos apareció el muchacho de nuevo con nuestros platos y la bebida.

Señales del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora