-Siento todo el mal que he causado, pero estoy muy insegura como para seguir en este empleo. Le agradezco todo lo que ha hecho por mí, pero vengo a despedirme.

Le dedicó una reverencia a su ex jefe y giró para salir por la puerta, pero cuando la abrió, sintió unos brazos pasando por detrás de ella, aprisionándola.

Sus orbes azules se abrieron de par en par sintiendo el cuerpo, grande, alto y un tanto fornido, de su jefe Seto Kaiba que la abrazaba con fuerza.

-Seto...¿qué...?

-No me dejes.

La chica estaba anonadada, su cara mostraba sorpresa por la muestra de cariño del CEO.

-No te vayas de mi lado. No me importa si te quedas con otro, pero no me dejes.

El corazón de Tea dio un vuelco, un nudo se formó en su garganta, su barbilla tembló y sus ojos brillaron conteniendo sus lágrimas. La cabeza de Kaiba estaba recargada en el hombro de la chica mientras continuaba abrazándola.

-Si te sientes insegura, entonces no trabajaremos juntos, pero quédate en la empresa. Al menos trabaja cerca de mí, para que te vea todos los días.

La mano de Tea se posó sobre el brazo de Kaiba que la mantenía pegada a su cuerpo.

-Seto, lo siento mucho. Ya no puedo continuar aquí.

La fuerza del abrazo del CEO aumentó y ella apretó su agarre.

-Perdóname, Seto.

Llorando, Tea se soltó de los brazos del empresario y salió corriendo. Afortunadamente, el edificio estaba vacío así que nadie pudo ver esa escena, nadie pudo ver como Tea salía llorando de la oficina del que ahora era su ex jefe, nadie fue testigo de cómo Kaiba se quedó cabizbajo, de cómo el hombre más orgulloso y frío de todos derramó lágrimas al saber que la mujer que amaba se había ido de su lado. Su orgullo desapareció en ese momento, ya no podía contener el llanto por Tea, se tapó su rostro con sus manos mientras gemía de dolor, sollozando con deseos de morir.

.

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Entró en su casa secándose el rostro con su mano, cerró la puerta tras de sí y caminó a la sala de su hogar. Sentado en el sofá, encontró a Yami que no dejaba de mirar el techo fijamente.

-¿Yami?

Él volteó al escuchar su nombre, se puso de pie y ambos se miraron, inmóviles por largo tiempo.

-¿Lloraste?

-¿Eh?-Tea se sorprendió, seguramente sus ojos estaban rojos-Ah, no, para nada.

Fue entonces cuando, por segunda vez en la noche, unos brazos la estrecharon con fuerza. Yami lucía angustiado y la apretujó contra su cuerpo con cariño, mientras Tea no salía de su asombro.

-No sé qué te sucede, pero para de llorar. No soporto verte así.

Tea no podía creer que esto estuviera pasando. Dos veces, en la misma noche, fue abrazada por dos hombres. Sin mencionar que el segundo era el que más le interesaba y preocupada, era el homúnculo que ella misma creó, era su responsabilidad. Ya había tomado una decisión firme sobre el asunto con el clon-homúnculo, no pensaba cambiar de opinión esta vez, no desperdiciaría ningún momento valioso del resto de la vida de su creación.

Se soltó del abrazo del tricolor y sostuvieron sus miradas de tal forma que parecía como si el tiempo se hubiera detenido en esa escena, como si el tiempo estuviera a su favor para que ambos pudieran reconciliarse y disfrutar lo poco o mucho que les quedaba juntos.

Tras aproximadamente media hora de estar mirándose fijamente, ambos se acercaron y se besaron. Yami pasó sus manos por la cintura de la chica y ella pasó sus brazos por la espalda de él. El ósculo aumentó su intensidad, pero no pasó de un beso profundo entre ambos.

-Yami, hay algo que quiero decirte.-habló con la respiración entrecortada.

-¿Qué me quieres decir?

Tea bajó la cabeza analizando sus palabras antes de decirlas. Levantó su cara.

-Quiero que pasemos todo el tiempo juntos, sin distracciones, sin gente que nos interrumpa. Quiero que vivamos el resto de nuestro valioso tiempo sin separarnos, felices como nadie, que ninguna persona nos diga qué debemos hacer. Eso es lo que más anhelo ahora.

Bajó otra vez su cabeza mirando el pecho de Yami que la contemplaba con cariño. De pronto, Yami tomó el rostro de ella entre sus manos y con sus dedos acarició suavemente las mejillas de Tea.

-Estoy ansioso por cumplir ese deseo a tu lado.

Una sonrisa leve se formó en las comisuras de los labios de Tea.

-He pensado ¿te parece si nos vamos de vacaciones a algún lugar solitario donde sólo estemos tú yo?

-¿Qué?-el rostro pasó de estar tranquilo a perplejo.

-Tengo ahorrado dinero suficiente para un viaje donde sólo estemos nosotros y nadie más.

-¿Qué será de tu trabajo?

-No te preocupes de eso. Yo me encargo. Lo que me interesa es que veas el mundo, que lo disfrutes en todo su esplendor. Por eso quiero que viajemos juntos.

Yami no conocía nada fuera de la casa de Tea, todo lo que sabía del mundo era por los libros y las películas, así que la idea de viajar con su chica resultó agradable.

Sonriendo dulcemente, asintió con un movimiento de cabeza afirmativo. Tea le devolvió el gesto y lo besó en la boca a lo que el homúnculo correspondió.

Tal vez ambos habían cometido errores terribles con ellos mismos, pero no podían evitar que los uniera ese lazo especial que brotaba del corazón de ambos: el sentimiento del amor.

Crepúsculo de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora