Capítulo 2

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Capítulo 2

¿Qué estaba haciendo aquella chica? ¿Por qué no paraba de moverse de un lado a otro?

Le resultaba divertido e incluso gracioso verla mirar el papel que sostenía entre sus manos a la vez que miraba el lugar donde se encontraba, con una cara que demostraba que no tenía la más remota idea de donde se encontraba. Su cara también mostraba, que no era coreana.

Y, en cuestión de unos segundos, ella se acercó lentamente a él.

Y él se quedó inmóvil, viéndola acercarse. Observando a aquella mujer que, por extrañas razones, lo había cautivado en tan solo un momento, y, que ahora se encontraba delante de él.

Perdona...—su pronunciación demostró lo mismo que su cara, y también, apreció el pequeño nerviosismo que tenía.

Sin embargo, él seguía mirándola, delineándola, porque su cara era perfecta, sus ojos verdes tan distintos a los suyos, podía verlos incluso a través de las gafas que llevaba puestas, y sus labios. Sus labios le parecían tan agradables, tan sumamente apetecibles, tan...

Perdona...—preguntó de nuevo— ¿podrías decirme donde queda el hotel New Boolim?

En ese momento, se vio obligado a apartar la mirada de su rostro y centrarla en el pequeño mapa que ella le mostraba.

Sí, claro. T-te guiaré.

M-muchas gracias—agradeció ella inclinándose levemente.

Y, de nuevo la miró, y sus miradas se encontraron.

Y, de nuevo, lo cautivó.

No sabía que tenía aquella chica, aquellos ojos. No lo sabía pero, lo atraían de forma única.

Siempre tuvo a las chicas que quiso, a todas las que le gustaban, pero nunca, jamás, sintió aquella conexión en la mirada, aquella sensación en el estómago y aquel nerviosismo repentino que le entró al escuchar su voz. Porque él no es así, él no tiene vergüenza, él solo busca el placer.

‘’Llegará un día en el que sentirás la necesidad de no apartar la mirada de ella, de jamás abandonarla, de jamás dejar de quererla. Algún día te enamoraras y no sabrás que hacer. ’’

Quizás, ahora, en ese mismo instante, las palabras de su hermano gemelo comenzaban a tener sentido.

—No eres de aquí, ¿verdad?—preguntó él, aunque ya sabía la respuesta.

Ella negó con la cabeza.

Soy de España—dijo con una sonrisa.

¿De España?—preguntó sorprendido—Eso está muy lejos—añadió sonriendo.

Sí, bastante—volvió a sonreírle.

De nuevo, el silencio se hizo presente.

¿Vacaciones?

Ella negó con la cabeza.

Desde ayer, vivo aquí—confesó tímidamente.

Vaya...—dijo sorprendido—Creí que estabas de vacaciones y que te habías perdido...

¿Sabías qué estaba perdida?—preguntó confusa y sorprendida.

Sí. No parabas de mirar y darle vueltas al mapa a la vez que mirabas en todas direcciones—dijo divertido.

Mi vida, Mi sueño y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora