Cantarella ||•Sebastian Michaelis×Reader•||

III

Ella sonrió, su sonrisa era algo que me enamoraba completamente... algo que me hacía desearla cada vez más.

-Te pareces mucho a Sebastián -rió, yo me tensé -¿Dónde estará? Es raro que no me separe cuando estoy con algún chico... -miró a los lados buscándome.

Espero que no me descubra...

Se encogió de hombros y me miró poniendo una mano en mi hombro.

-¿Hay algo que pueda contarme está bella dama? ¿Alguna travesura o aventura? -le devolví la sonrisa para que no notara que era yo quien estaba con ella.

-¿Una aventura? ¡Oh sí! -hizo una pausa -pero mi padre no lo aceptaría... -murmuró.

-¿Por qué?

-Él es un mayordomo y a mi padre no le agrada mucho su amo...

¡Claude!

-Tenemos algo pero... Es... Muy complicado -siguió mirando a los lados -Dios... Este Sebastian... -se separó de mí de golpe -Espero que puedas disculparme, necesito buscar a mi mayordomo, me siento mal -hizo una reverencia y salió corriendo de allí.

Al parecer "Cantarella" estaba haciendo su debido efecto.

No contaré que más pasó desde allí, desde ese momento, tuve que hacer mi trabajo como mayordomo normalmente para no levantar sospechas. Cuando los invitados ya se habían ido fuí a su habitación.

Me posicioné arriba de ella, dándole cálidos besos en las mejillas, mentón, labios y cuello, no sé en qué momento pasó, pero se despertó y gritó, no me quedó más alternativa que salir por la ventana lo más rápido que pude, para segundos después escuchar al amo gritar mi nombre.