²ERUPTION

TRECE

      —Está bien—, la híbrida había alineado a todos los lobos, haciéndolos avanzar hasta un claro. No era tan grande como el lugar donde ellos esperarían a los Volturi, pero serviría para lo que ella tenía en mente. Los lobos le miraban impacientes mientras ella movía sus dedos, pequeñas flamas emanando de ellos mientras ella se concentraba en liberar la energía que escondía.

      — ¡Sólo hazlo!—, gritó Quil, él estaba parado frente a Rachel y Emily, quienes querían presenciar a primera mano lo que sucedería.

      Ella le ladró, silenciando al chico mientras alzaba sus manos al aire y retrocedía.

      — ¿Puedes sólo, tú sabes, convertirte en un Ultimate Super Saiyan?—, inquirió Paul, pareciendo haber perdido la emoción e interés en la situación.

      —Esto no es maldito anime—, le contestó Vi, entrecerrando los ojos mientras un flash de ira la retomó y, de repente, sus manos ardían. Ella lo detuvo con una profunda respiración y cerrando sus ojos, después de un momento, ella volvió a abrirlos y retomo el control —. Tengo el potencial de convertirme en una bola de fuego o, peor, un volcán y dar erupción frente a ustedes.

      —Sam, tal vez Emily y Rachel no deberían estar aquí, ¡o alguien traiga un extinguidor de fuego!—, los ojos de Paul viajaron hacia su alfa en pequeños intervalos de tiempo, el pánico comenzando a llegarle.

      —Vi no va a estallar de esa forma, ella tiene control—, aseguró Sam, a pesar que por la forma que miraba a Quil, quien parecía empujar a las chicas lejos, hacia la protección del bosque.

      —Gracias, Sammy, pero creo que estás subestimando mis habilidades—, tragó la híbrida, cruzándose de brazos para asegurarse de controlarse.

      Sam suspiró, negando y caminando hacia su hermana. Él la conocía mejor que a la mayoría de la población y, para él, Violet Uley podía lograr lo que sea. Él tomó sus palmas, forzándolas a caer a sus costados y, entonces, la tocó en el medio de su frente, gentilmente presionando su dedo mientras hablaba —. Te estás subestimando, Violet Odessa, no hay nadie en la Tierra que pueda sobrevivir lo que tú haz vivido e incluso ser más fuerte. Necesito que recuerdes todo por lo que haz pasado y la razón por la que hiciste esas cosas fueron con el único de objetivo de ganar contra esos chupasangres. Ahora, si te preocupa matarnos, tal vez no debas jugar con fuego primero, ¿qué te parece algo más sencillo?

      —Oh, ¡sí! ¡Agua!—, intervino Embry, asintiendo.

      —Creo que eso suena más seguro—, acordó Sam, mirando a su hermana, quien después de un momento asintió.

      —Está bien, pero no hay mucho que pueda hacer con agua—, murmuró ella en respuesta, Sam se alejó y dejó que la chica tuviera su espacio. El resto de los lobos no comprendió el mensaje mientras ella espetaba con honestidad —. Necesitaré que todos retrocedan.

      Los lobos murmuraron profanidades debajo de sus propias respiraciones, pero siguieron las órdenes y se pararon donde sólo había tierra, dejando a Vi parada cerca del vidrio.

      Ella bajo su mirada hacia las pequeñas gotas, casi sintiendo como vibraban y trepaban por las células de su piel hasta llegar a sus huesos, convirtiéndose en una parte de ella. La forma en que se sentía, como un infinito coro, causó que cerrará suavemente sus ojos y casi se convirtiera en una con el agua. Ella podía sentirla por todos lados, en la humedad que ella misma respiraba y el agua que cruzaba por debajo de sus pies, como las células de su cuerpo, esta vibraba con vida.

      Ella se encontraba en completa sincronía, alzando los brazos hasta que pequeñas gotas comenzaron a elevarse del césped, en dirección al aire, millones de motas de agua encontrándose a cinco pies del suelo a su alrededor. Ella abrió los ojos y se encontró con la manada, observándole con maravilla, una sonrisa llena de felicidad rompió en su rostro ante los cumplidos que recibió.