Terminé de maquillarme y corrí escaleras abajo. James, junto con Danielle, reían a carcajadas.
-Me llamas si necesitas algo. -le dijo. Ella asintió. - Ha sido un placer tenerte aquí en casa, primita. -sonrió con simpatía. Danielle le devolvió el gesto.
-Lo se James, para todos es un placer tenerme en sus casas. -río, James se unió a las carcajadas. - Nos vemos el día de la boda. -sonrió.
-Claro que sí. -le dijo él, con la misma sonrisa.
-Nos vemos _______. -dijo casi en un grito al verme bajar, escalón por escalón.
-Nos vemos Danielle. -le sonreí y la estreché en mis brazos. - Nuevamente, disculpa por las acusaciones y gracias por divertirme esta mañana cuando no pude pegar un solo ojo. - ella río. - Es enserio, espero verte luego de la boda, también.
-Oh, claro. Dalo por hecho, linda. -sonrió. - Y te debo una disculpa y también. -nos separamos y ella acomodó su cabello. - He sido una estúpida, debí presentarme antes de que sacaras esas conclusiones. -río. Le sonreí al igual que James lo hacía.
-Nos vemos en tres días Dani. -le dijo James. Ella golpeó el hombro del chico y se montó en el taxi.
El vehículo encendió su motor y pronto comenzó a andar por la calle. James tomó su celular y tecleó algo. Yo, por mi parte, acomodé mi falda y luego lo miré.
- ¿Nos vamos?
-Claro. -sonreí.
- ¿No llevas bolso? -preguntó.
-No, no tengo nada que llevar allí. -reí. Torció los ojos y río.
-Ya, vamos. -me dio un leve empujón por la cintura.
Juntos, subimos al auto y nos abrochamos los cinturones. James encendió el motor y en menos de diez segundos ya habíamos comenzado a andar hacía la empresa.
- ¿Pongo música? -preguntó. Asentí y el encendió la radio.
- ¿James? -pregunté con curiosidad.
-Dime...
- ¿Por qué me has dicho que no teníamos habitación de huéspedes?
-Porque se me ha ocurrido. -río.
-Oh, tu ocurrencia ha sido genial. -dije irónica mientras causaba su risa.
-De todos modos, no he conseguido lo que quería. -dijo y volteó a la siguiente calle.
-No lo obtendrás, nunca James, nunca.
-Como digas. -río. - Pero te has quedado a dormir dos noches junto a mí.
-Pero porque tenía miedo. -me excusé.
-Si, claro. -dio rienda suelta a una carcajada. - ¿Y no se te ha ocurrido inspeccionar un poco más la casa?
-Ciertamente, no.
-Bueno, pues, ese, ha sido tu error. -aparcó el auto mientras hablaba.
-Ya cállate. -me desabroché el cinturón de seguridad y bajé.
-Toma mi mano ______. -dijo corriendo tras de mí.
-No.
-Vamos, hoy, recuerda lo que hemos hablado.
-Okey, okey, ven y tómame la mano. -me quedé quieta y el pasó por mi lado, llevándome junto con él.
-Eres muy liviana. -río.
-Y tú, eres muy imbécil. -dije. Besó mi mejilla.
-Ahora, tienes que amarme. -sonrió.
Entramos en ese edificio, que yo, había conocido tan solo un mes atrás. James firmó unos papeles a la entrada y luego nos metimos en el elevador. Tan pronto como este llegó arriba, salimos y comenzamos a caminar.
CZYTASZ
LA BELLA Y LA BESTIA (JAMES MASLOW Y TU)
RomansQue feo es cuando la persona que mas amas es la persona más fría del mundo. Que feo es que le intentes demostrar tu amor y te saque a patadas de su vida. Que feo es que tu seas la pobre e indefensa presa de sus castigos y malas costumbres. Vivir con...