CAPITULO 27

1.2K 30 0
                                    

Sus besos húmedos y apasionados encendían fogosidad en mi cuerpo, su mirada nublada de deseo me invitaba a sentir algo que solo había experimentado dos veces en mi vida y James había sido el causante de lo anterior.
Me senté sobre su cuerpo mientras él se acomodaba sobre la cama conmigo encima. Quitó mi campera y la tiró al suelo junto con la suya, comenzó a dejar un sendero de besos sobre mi cuello y así dio la vuelta para dejarme debajo de él. Sonrió, sabía que ahora yo estaba en su poder.

-Déjame decirte que he estado esperando esto desde que te vi en esa maldita subasta. -confesó entre jadeos. - No te vayas como la última vez. -me dijo al oído.

-No lo haré Mals. -respondí tensándome ante sus caricias sobre mi sostén.

Y estaba más que claro que iba a pasar, aún que mi corazón acelerado no era solo excitación, si no también miedo y nerviosismo que me carcomían por dentro. Era mi primera vez y por más que quería tranquilizarme, sabía que iba a doler y que James no iba a ser muy piadoso a la hora de estar unidos.
Acarició mi rostro y tiró su camisa a alguna parte de la habitación.

- ¿Estas bien? -preguntó besándome con ternura.

-Si. Sí. -respondí agitada. Detuvo los besos y caricias, me miró con detenimiento.

-No seguimos si no quieres.

-No he dicho eso James. -dije sin siquiera mirarlo.

-Hey, no te estoy obligando. -pasó su mano por toda la extensión de mi pierna. - Es en serio, podemos dejarlo aquí.

-No será como la otra vez. -dije.

-______, te repito, no te estoy obligando. Dejémoslo aquí, ¿sí? Puedo esperarte, pero no más que hasta la luna de miel.

-James no tienes que esperarme, te he dicho que sí. -dije en un grito.

-Tranquila. -procedió a besar mis labios. - Sin presión, cariño. -levantó mi remera hasta donde se encontraba el sostén. - Te queda a la perfección. -me halagó sin pensarlo dos veces. Le dediqué una sonrisa y le planté un beso sobre sus labios.

-Ya no pares James. -dije excitada. Sonrió para seguir con su juego de besos y caricias.

-Tus deseos son ordenes princesa. -besó mi ombligo haciéndome estremecer. - Pero debes esperar, todo a su debido tiempo. -repitió la acción anterior. - Vamos, quiero oírte pedir por mí. -susurró mientras desprendía su pantalón.

Tres golpes secos en la puerta hicieron a James fruncir el ceño. ¿Qué interrumpía esta vez?

-Hagamos como que no pasó nada. -dijo antes de seguir. Dos golpes más lo hicieron gruñir y mi paciencia se agotaba. - ¿QUIÉN? -gritó enojado.

-Kendall. -dijo del otro lado de la puerta.

- ¿Qué coño hace este aquí? -me preguntó como si yo supiera.

- ¿Yo que se Maslow? -respondí malhumorada.

-No importa, dile que se vaya.

- ¿Cómo voy a decirle eso James? -mi seño se frunció al igual que el de James.

- ¿Pueden abrirme? -preguntó con ternura que en este momento me sacaba de quicio.

-Si, ya vamos. -dijo James de mala gana. Se levantó de la cama y abrochó su pantalón. - A este imbécil lo mato apenas abra la puerta así que prepara tus maletas porque nos vamos de aquí. -dijo acomodando su camisa sobre su cuerpo.

Me levanté de la cama y bajé mi remera para luego ponerme los jeans.

-Yo voy James.

-No _____, voy yo. Vamos a ajustar cuentas. -me tomó del brazo y me zafé de su agarre.

LA BELLA Y LA BESTIA (JAMES MASLOW Y TU)Where stories live. Discover now