En silencio se prepararon para dormir, Shima limpió un poco la casa mientras Takanori se daba una ducha, cuando el pequeño hubo terminado fue turno del mayor.

Takanori jugó un poco con el pequeño Chihuahua hasta que sintió sus parpados pesados, se recostó en la cama mirando hacia la enorme ventana que abarcaba una pared de la habitación.

—Yo no tengo labios de pato ¿o sí? — preguntó Shima haciendo aparición en la alcoba.

—Tus labios son...peculiares, eso es todo. — sonrió el menor.

—Ehh.... ¿gracias? — dudó Shima.

Takanori estaba muerto, no pudo mantener más la conversación ya que pronto cayó dormido.

Al dia siguiente el pequeño se despertó bastante tarde, buscó a su amigo por todo el departamento y lo único que encontró fue una nota:

"Taka, salí a comprar algunas cosas, dejé desayuno en la nevera.

—Shima"

Al vocalista no le sorprendió que en la nevera sólo hubiera pizza congelada, con resignación tomó dos trozos y los puso en el microondas mientras encendía la televisión y se servía un jugo, cayó en cuenta de que eso es lo que hacía en casa de su madre, lo cual indicaba que ya se estaba acostumbrando a vivir en ese lugar, a ver la televisión en japonés, a saludar al portero cada vez que salía a comprar algo para la despensa, como si esa fuera su vida, pero no lo era.

Ese pensamiento lo descompuso un poco, ya que le gustaba la ciudad -aunque no conocía ni la mitad de ella- y ya se había encariñado con sus compañeros.

Ensimismado se sentó en la barra a comer su improvisado desayuno mientras veía la televisión, aun le era difícil entender la mayoría de las palabras, pero poco a poco mejoraba.

Salió de su burbuja cuando el timbre sonó, desganado fue a abrir, pensando que sería Shima o la vecina de enfrente, grande fue su sorpresa cuando al abrir la perta no había ni un rostro conocido, era un hombre, de mediana edad, tal vez unos cuarenta años, con una vestimenta casual y una mochila colgada al hombro, dicho hombre soltó una sonrisa de su perfecta dentadura al ver al menor, abrió los brazos y el rubio lo miró desconcertado.

—¿No le das un abrazo a tu viejo padre? — preguntó aquel hombre.

¿Padre? ¿Había escuchado bien? ¿Este hombre era el padre de Takayuki?

El menor reaccionó de mero impulso, dándole un abrazo al señor.

—Ya te extrañaba, ¿por qué no habías ido a Kanagawa? ¡Te estuve esperando! — era un hombre bastante enérgico, dejó su mochila de lado y entró a la casa, con la mirada atenta del pequeño que seguía en la puerta. —¿Taka? ¿Todo bien? — el pequeño sólo asintió, estaba más nervioso que nunca, era su padre, probablemente la persona que más conoce en el mundo a Takayuki, si hacía algo mal, sería su fin. —Bueno... tomaré un poco de pizza, espero no te moleste. —

—No...claro que no, adelante... papá. —era probablemente la primera vez que Takanori decía esa palabra, y no iba dirigida a su verdadero padre.

El hombre y Takanori tuvieron una plática, sobre cómo iba todo en la empresa, y como iba la banda. El menor aun no podía desenvolverse del todo, seguía estando nervioso, a pesar de que aquel hombre inspiraba mucha confianza.

—Ahora platícame hijo ¿has visitado algún lugar bueno? Digo, con eso de que eres famoso...— rió el hombre.

—No soy famoso, pero te puedo decir que el otro día probé comida peruana en un restaurante, era deliciosa. —comentó el menor.

Famoso por Accidente (un fic de the GazettE)Where stories live. Discover now