Julio 10 de 2016 Misantropía

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Cada día que pasa es un día más de agonía. Últimamente todo me da igual.

19:30

Voy al instituto como un autómata que repite su rutina. De solo pensar que estaré rodeado de tanta gente siento deseos de vomitar.

Los largos pasillos del instituto me aburren, siempre iguales. Todos hablan entre si como si la vida fuera tan simple. Malditos. Supieran que realmente es un infierno y ellos solo viven en una vil fantasía. Que ganas de restregarles la verdad en sus apestosos rostros y hacerlos padecer la agonía real de la vida.

No me interesa hablarles ¿para qué? De solo escucharlos me sumerjo un poco más en esta profunda depresión y apatía.

Puedo hacerlo... si puedo. Pequeñas cosas para arruinar sus perfectas y patéticas vidas. Puedo darles mal las respuestas de los exámenes. Cretinos sin sentido, ni siquiera se darán cuenta de que les miento, para ellos todo siempre está bien y aunque no lo esté, prefieren fingir para demostrar que son perfectos.

Ignorar a todos es lo mejor para mi, pasar de ellos. Sé que mi actitud les molesta y les hace carcomer por dentro y eso me llena de satisfacción, pero quiero más, quiero hacerlos completamente miserables.

Odio sus risas, sus conversaciones sin sentidos. ESTUPIDOS!!. Afuera está la vida real ¿Cómo no pueden verlo?

Una chica me habla ¿Puedes ayudarme? Dice la muy tonta, con su fingido rostro angelical.

Pongo en mi rostro todo el desprecio que siento por estas personas y le contesto con toda la dulzura posible.

-Claro...- me mira sonriente.

-En otra vida-

Se aleja disgustada. Como si yo fuera a ayudarla... Como si alguna vez esta patética gente hubiera merecido mi ayuda. Sujetos que contaminan mi espacio.

Sé que hoy es solo veneno lo que sale de mi interior. Pero ya no quiero más de esto, no lo deseo.

No me interesan.

No les intereso.

Quiero dormir...


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