—Vaya, eres tan directa, pero... no es nada de eso.

—¿Entonces qué? Se está poniendo más frío aquí, Luke.

—De acuerdo, claro. Tienes razón, no es nada. —Luke asintió con la cabeza y ella sólo se rió, dando la vuelta para caminar hacia el ascensor.

Aunque era más de medianoche y el pasillo estaba vacío, todavía parecía bastante agradable con su piso de cerámica oscura y las puertas de color marrón rojizo. La muchacha se detuvo en la puerta con el número «46» en el frente y se puso de puntillas para agarrar la llave, luego se dirigió a su propia puerta y sonrió cuando notó la mirada interrogativa en la cara del chico.

—Te explicaría lo que acaba de pasar, pero entonces tendría que matarte. Y tal vez algún ladrón está escuchando lo que estamos diciendo en este momento.

Luke alzó las cejas con diversión. —Si ese fuera el caso, no tendría sentido que yo estuviera aquí en este momento, señorita. Podría invitar a un ladrón en la estación de tren para una taza de té, o invitarlo aquí; la diferencia es que aquí tendría que invitarte también.

—Me gusta mi té lo suficientemente dulce como para ser reconfortante —Ella respondió y sacudió la cabeza en broma, encendiendo las luces mientras sacaba la areola de su cabeza y básicamente tiraba sus sandalias al suelo—. Bienvenido a mi pequeño paraíso y, por favor, quítate los zapatos.

—¿Tu pequeño paraíso? Gracioso. —Hizo lo que le pidieron y sonrió.

Ellie le dijo que se sintiera como en casa y que se sentara en el sofá si lo deseaba, pero el chico miró una pila de libros encima de la mesa y agarró unos cuantos con una sonrisa más grande en su cara entretanto se quedaba de pie.

»¿Libros para colorear? No he visto de estos en años, pero solía comprar los que tenían personajes de anime en las tiendas cerca de mi escuela.

—Por supuesto que lo hacías —Ellie rió—. Son geniales.

—Sin duda, bastante... Eh, ¿puedo usar el baño? Y de esa manera aprovecho la oportunidad para llamar a mi mamá y decirle que todavía estoy sano y salvo.

La muchacha asintió mientras se quitaba las alas, se revolvió el pelo un poco y caminó con sus pies descalzos. —Sí, necesito enviar un mensaje a Mike para decirle que llegué a casa también. Oh, y el baño está en esa puerta.

El muchacho asintió y comenzó a caminar hacia la puerta indicada mientras la niña caminaba hacia su dormitorio para cambiarse rápidamente a algo más cómodo. Tal vez era una cosa de compasión o ella simplemente no quería ser vista en pijama por el joven, pero se puso un par de jeans y un suéter negro y luego fue a preparar los aperitivos para la noche. Luke, por otro lado, se miraba fijamente en el espejo mientras esperaba a que su mamá contestara el teléfono y hacía un lío en su pelo con sus manos nerviosas.

—Hey, mamá, ¿qué pasa? Me quedo en la casa de una chica, así que bravo por mí —susurró y sólo se rió, negando con la cabeza—. Mamá, hola. Me quedo en la casa de un amigo porque ahora es muy tarde. No te preocupes, todavía estoy en una pieza y tengo clases por la tarde.

—Hijo, ¿dónde estás? —Esa era la voz de Dennis, su padre.

—¡Hola, papá! Gracias al cielo, fuiste tú quien respondió. Estoy bien, me quedo en la casa de mi amiga durante la noche porque se hizo tarde y la estación de tren es peligrosa ahora, pero estoy bien, así que dile a mamá que no se preocupe y que iré por la mañana.

—¿No tienes clases mañana? —preguntó el señor.

—Por la tarde, así que iré temprano a la casa y me cambiaré de ropa antes de ir a la universidad. Fue una cosa de última hora.

Halcyon.Where stories live. Discover now