Y así es como comienza.

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Al principio tal vez parezca aburrida, pero el ritmo de ésta historia aumenta al ritmo de l@s lectores, no se arrepentirán de seguir leyendo. Escrita para ustedes con amor.

A pesar de lo difícil que fue llegar hasta ahí, habían llegado jóvenes e ingenuos a Londres, buscando fama juntos, como amigos.
Se paseaban por las calles sin conocer a nadie y de vez en cuando, se perdían entre los pequeños restaurantes y las grandes tiendas.
Cuando se cansaban, se paraban por los edificios grandes y las grandes tiendas con aparadores con ropa bonita y gente tan bonita e intocable como lo que se veía en esos aparadores.
- ¿Y qué vamos a hacer cuando se nos acabe el dinero, Matty?
- ¿Disculpa? Pues trabajar, amigo.
- Todo como lo planeamos, si en seis meses no conseguimos nada, nos regresamos a Manchester.
- Que si, Ross.
Matty parecía molesto por la falta de fé que tenían sus amigos en ocasiones, como si el dinero detuviera las ganas de seguir tocando.
A veces se paraban en los aparadores donde las televisiones mostraban algún video musical aleatorio en MTV.
- Si alguna vez llegamos a ser grandes, ¿crees que seríamos famosos aquí?
- No lo sé, puede que lleguemos a América y seamos más exitosos... Pero supongamos, porque llevamos pegados a la disquera por un mes y no nos responden.
Ross fruncía el ceño molesto mientras se recargaba en un poste que dividía una tienda de la otra.
- Odio de verdad como pasan a cualquier chica que se ve hueca y sin talento.
Contestó de repente Adam con un tono más tranquilo pero molesto.
- Todos merecemos una oportunidad, Adam...
Le reprochó Matty.
- ...Además, toma en cuenta que la mayoría no dura nada más que una canción.
Le guiñó el ojo al indignado Adam, que ahora parecía satisfecho por el sarcástico comentario que Matty soltó, y al parecer, al final del día, él siempre tenía razón... Él los convenció de llegar hasta Londres y dejar los bares en los que se presentaban, para intentar llegar más alto, incluso el acompañó a cada uno a sus casas para simplemente decir a los padres de sus amigos: "Nos vamos a Londres a probar nuestra suerte."
Así era Matty, por algo era el vocalista y también el sostén de los cuatro.
George sólo pudo sentarse en la banqueta esperando lo mejor.
- ¿Y si sólo vamos a comer? Ni siquiera desayunamos por ir temprano a ésa cita donde jamás nos atendieron.
Y tenía razón, llegaron a las 7 a.m a una disquera, entregaron su E.P "Facedown" a la secretaría y ella los hizo esperar hasta las 10:30 a.m para que sólo saliera con una incómoda sonrisa y diciendo...
"¿Qué tal si vienen la próxima semana?"
Los chicos ya se habían hartado de éso. Querían por lo menos un "Sí", aunque fuera de una disquera pequeña.
Se posaron frente a un restaurante - bar pequeño estilo de los 50's , no parecía el estilo de ellos, se llamaba "Americana" y las meseras parecían bastante sonrientes, rubias y tenían voz chillona.
Se sentaron sin muchos ánimos y no parecería que estaban vivos hasta que una borrosa visión de una blusa rosa pastel con cabello rubio y gritona, les preguntó que tomarían para el desayuno.
- Sólo vine por un buen café... Y unas muy dulces tostadas francesas - dijo Matty con tono animado e irónico.
- Trae huevos estrellados, tiernos y un capucchino, por favor. - Adam lucía desairado y más triste de lo normal.
- Quiero un bagel, relleno de huevo revuelto y tocino, ¿tienes malteadas? -Ross lanzó la pregunta al aire y sin esperar respuesta alguna, soltó - Si, si las tienes, trae una de chocolate, guapa.
- Yo sólo quiero una orden de hot cakes con tocino, maple y más café.
George sólo se veía más triste y ojeroso que el resto.
La chica palideció por lo rápido que ordenaron, no les tomó ni 10 minutos desde que llegaron. Le parecieron muy extraños y se veían drogados o tal vez estaban cansados, nunca lo sabría.
- Tengo tanto miedo de fracasar...
Se dijo Adam a sí mismo en voz alta.
- Sabes que no fracasarás, Adam, si es así. Todos caemos contigo, hay que buscar un enfoque, algo más fuerte.
A veces Matty parecía pastor de iglesia cristiana, tranquilo y motivador.
Pasaron 15 minutos desde que ordenaron y los cuatro estaban adormilados al final del restaurante en los acolchados asientos... Por las bocinas de las paredes se oía "Take On Me" un hit de los 80's, no parecía tener sentido pero ellos no se inmutaron, después de todo. Sólo estaban cansados de perseguir algo que parecía que estaba muy lejos.

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